Dos días más tarde, se dirigía a su residencia después del entrenamiento cuando sonó su móvil.
Hola, Hermes -saludo Arm, el cuál ya estaba enterado que gun había causado una gran impresión en su cliente.
Gun comprendió y respondió.
Señor T que gusto saludarlo.- se acordó que no podía decir su verdadero nombre.
Fue satisfactoria tu reunión? -preguntó aún conociendo su respuesta.
Sí, lo fue. Le quiero agradecer por la oportunidad que me ofreció- dijo sinceramente
Entonces, no tendrías dificultad en acudir a otra reunión? -pregunto el señor T muy seguro de que el pequeño aceptaria
Ninguna... -pensó que si le pagaban tan bien como en su cita pasada sus gastos de ese mes quedarían cubiertos en su totalidad.
Llama dentro de una hora -dijo antes de colgar.
Gun pensó que le daba tiempo de llegar a la residencia y cambiarse de ropa.
Una vez más quedó sorprendido al llegar y ver que se encontraba en un elegante barrio de la ciudad, con viviendas individuales, rodeadas de hermosos jardines.
Llamó.
Quién es? -se escuchó una voz metalizada.
Hermes... -ya había comprendido que era eso lo que se esperaba de él.
La verja se abrió y cuando empezó a caminar notó ésta cerrándose a sus espaldas.
Junto a la puerta abierta le esperaba un hombre de mediana edad.
He preparado café -dijo haciéndole un gesto para que le siguiera. Gun así lo hizo- Subamos arriba.
La casa estaba amueblada con un buen gusto y en las paredes destacaba el gusto occidental de su morador con cuadros de reconocidos pintores, también se veían litografías de autores japoneses.
Es aquí -se hizo a un lado tras abrir la puerta y permitir la entrada a su joven visitante.
Gun pensaba que Arm tenia unos amigos muy extraños, aunque bastante adinerados, todos vivían en elegantes y enormes residencias. Durante el tiempo que estuvo allí, la primera media hora no hablaron, se limitaron a observarse disimuladamente mientras tomaban café. Gun sentía sobre él la mirada tan absorvente al que era sometido, estaba seguro que toda su persona había sido examinada hasta el más mínimo detalle, al extremo que comenzó a sentirse inquieto ante esa situación y cuando el silencio se volvió más opresivo el sonido de su voz le sobresaltó, aunque su rostro no mostró el menor síntoma de ello.
Puedo pedirte un favor? Tal vez te resulte extraño -se apresuró a agregar- el señor T me comentó que eres nuevo en esto.
Gun asintió sin saber muy bien a que se refería.
Dígame qué puedo hacer por usted? -preguntó a su vez intentando disimular sus nervios, esto era muy raro.
El hombre se levantó con intención de recoger el servicio de café, sus movimientos fueron un tanto apresurados, la cafetera chocó peligrosamente en la bandeja, sin que pudieran evitar su caída cuando los dos hicieron ademán de recogerla, mas no fueron tan rápidos, cayendo encima del regazo de gun y volcando su contenido sobre él, gun dio un salto al sentir el calor de la quemazón en su piel, afortunadamente no estaba tan caliente como para escaldarle.
Disculpa mi torpeza -puso la bandeja para recoger el estropicio, al tiempo que pasaba un paño sobre los pantalones del joven para absorber la humedad- Estas bien?
Si, yo si... -miró la mancha que inevitablemente se iba extendiendo cada vez más por sus pantalones y la camisa. Cómo iba a salir así? -se preguntó perplejo.
Me ocuparé de lavarlos. Ven...- le dijo el señor extendiéndose la mano para que lo acompañara
Aliviado por esa repentina solución le entregó su mano y lo siguió hasta el aseo.
Quítatelo y pásamelo, mientras te duchas se iré lavando -le dijo para después recibir la ropa
Accedió a su demanda, ignorando que en cuanto la puerta se cerró tras él, comenzó a remover entre su ropa hasta encontrar su boxer, que también tenían una aparatosa humedad, aún así se los llevó hacia su nariz aspirando el olor del chico, una mezcla de sexo y aroma floral, la expresión de su rostro era inefable, quedó como en éxtasis, aspirando con satisfacción el aroma que desprendía la tela, después se acercó a un mueble de doble hoja, abriéndolo, dentro apareció una pantalla de circuito cerrado, la encendió y al instante apareció la imagen de gun mientras se duchaba.
Viendo la sorprendida mirada del joven ante la cantidad de frascos que había en el estante, donde podían distinguirse distintos geles de ducha con los aromas más diversos, había tenido buen cuidado en elegir las fragancias más olorosas, rosas, sándalo, también había sales de baño y aceites relajantes, con suaves aromas, a la lavanda, al limón, sin olvidar echar en estos frascos, unas gotas de un elixir que encendía los sentidos.
Tras ducharse, gun llevado por la curiosidad, eligió un aceite de coco para frotarse todo su cuerpo, lo extendió por hombros y pecho al principio, un suave aroma alcanzó sus fosas nasales, por lo que continuo con brazos y piernas y finalmente su mano se dirigió a su entrepierna comenzando a masajearse despacio.
Satisfecho al concluir, estaba por abandonar el habitáculo de la ducha cuando un ardor invadió su cuerpo e inesperadamente su miembro comenzó a erectarse, una exclamación sorda de sorpresa se escapó de entre sus labios, mientras se miraba incrédulo, nunca antes le había ocurrido algo así, a menos que él mismo buscara su propia satisfacción, tomó el frasco que había utilizado mirándolo con desconfianza, lo abrió llevándoselo a la nariz,pero sin más solo le llegó un leve aroma a coco. Aún así no se sintió muy tranquilo, recogió jabón líquido y enjabonó muy rápidamente sus manos, llevó una de ellas a su miembro, comenzando a frotarlo despacio, sintiendo como resbalaba entre sus dedos enjabonados, engrosando al llenarse de sangre y como crecía hasta alcanzar su máximo desarrollo, al mismo tiempo que llevaba su otra mano hacia atrás, donde sus dedos se enterraron profundamente en su otra natural abertura, el placer que obtenía así era intenso, intentaba amortiguar sus gemidos, más era algo que no podía dejar de hacer, aceleró el movimiento acompasado de ambas manos con arrebato hasta alcanzar la cúspide del goce. Solo entonces sus rodillas se doblaron apoyándolas en el piso, la cabeza inclinada sobre su pecho, intentando recuperar lentamente el dominio de sus sentidos.
No podía saber que pared por medio su anfitrión se había masturbado viéndole y que juntos habían alcanzado el glorioso instante en que liberaron sus fluidos.
Vió como abría el paso del agua nuevamente, dispuesto a asearse otra vez, se apresuró a ocuparse de las ropas del joven que yacían tiradas en el suelo.
El dueño de la casa se acercó a la puerta que seguía cerrada y tras llamar y disculparse otra vez por su torpeza le ofreció un albornoz..
Gun una vez vestido, cortó con un ademán sus disculpas.
No se hable más de eso. Fue un simple accidente.- dijo ya tapado y esperaba que él señor no haya escuchado sus leves gemidos
Tu ropa no tardará en secarse -había puesto un lavado y secado rápido.
Media hora después gun ya vestido con sus ropas impecables y sorpresivamente planchadas se despedía. Una vez más iba satisfecho con lo que había recibido.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
