El señor Tumcial👔

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Arm Weerayut tenía un mal día, la noche anterior, uno de sus protegidos fué agredido cuando iba a reunirse con un cliente, otro le llamó asustado porque en pleno delirio erótico uno de ellos perdió el control, fué necesario que una ambulancia se llevara al hospital a su contacto con una importante hemorragia anal, sus propios médicos siempre estaban preparados ante cualquier emergencia, sin embargo, esa noche no pudieron detener aquella por el posible desgarro interno que sufría y la necesidad de llevar a cabo una cirugía, además de algunos otros cortes de menor importancia, el chico estaba bajo una crisis de nervios y tuvieron que sedarle, sus socios se mostraron bastante molestos al enterarse de todo lo que había ocurrido, no por el muchacho, sino por la posible perdida de un importante ingreso, solo les quedaba el consuelo de que el cliente no les demandaría, ya que reconoció ser el culpable de su situación.

Sammy, su secretaria y ayudante personal, esa tarde se excusó dejándolo a cargo de todo. Tras dos horas de llamadas y de concertar encuentros con los chicos adecuados para cada cliente, se levantó dispuesto a estirar las piernas, prepararse un té y tomarse un merecido descanso.

Apenas había andado un par de metros cuando sonó el teléfono, volvió sobre sus pasos y levantó el aparato.

Armii..., Armii....- se escuchó una voz a la distancia

Siing... -al instante reconoció la voz. Además, solo una persona le llamaba así y supo que se había presentado una nueva emergencia, pues su primo solo le llamaba cuando así era.

Desmantela todo... habla con tus socios y manteneos quietos por una temporada.- dijo lo más rápido que pudo ya que en estos momentos podrían ser grabados

Cómo? -supo que Sing no era dado a exagerar, mas aún así, quiso saber- Qué has escuchado?

Alguno de tus protegidos se ha ido de la lengua.- tenía que advertirle antes que fueran a por él y por todos sus socios

No es posible...- decía arm muy seriamente, ellos necesitaban de él, no podían pagarle de esta manera

Sea lo que sea, pronto estarán sobre vosotros, yo he cumplido avisándote.- dijo sin importarle realmente lo que le pudiera pasar a su primo, no quería estar envuelto en este tipo de asuntos

Gracias, te lo tendré en cuenta. Antes de dos horas tendrás hecho el ingreso.- no pudo escuchar una respuesta por parte del contrario pero aún así sabía que había escuchado perfectamente acerca del depósito.

Tras colgar hizo un par de llamadas, primero a sus socios, luego al encargado de reclutar a sus protegidos, para que tomara las medidas adecuadas para cada uno de ellos. Se les daría dos meses de vacaciones pagadas, volverían a sus ocupaciones habituales hasta que volvieran a llamarles.

Habían transcurrido veinte minutos desde el instante que su primo le dió el aviso, sabía que cuando intentaran investigar el Club Olimpo solo encontrarían lo que era, un lugar de ocio, donde se escuchaba música, se bebía y se bailaba, nada fuera de lo normal. Podían quedarse tranquilos, lo que la policía ignoraba es que tenían entre ellos un topo que les informaba puntualmente de cualquier problema que pudiera surgir, además de los lazos de sangre, Sing cobraba muy bien por cada información que les proporcionaba.

Estaba por dar aviso para desconectar esa línea cuando sonó la alarma del teléfono.

Se sobresaltó mirando durante unos segundos el aparato, solo titubeó ese tiempo, enseguida levantó el aparato y espero sin hablar. Al segundo reconoció la voz del Sr. Tumcial, se sintió satisfecho de recoger esa llamada, ese sería el último servicio, su último apoyo hacia el joven castaño. Suponía que el Sr. Tumcial era un hombre de negocios que requería sus servicios cuando estaba de paso en la ciudad y que se permitía mantener una relación sin compromiso por ninguna de las dos partes. Solo así se comprendía que acudiera a ellos con escasa regularidad.

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