La presencia de una persona como lo es Satoru no pasa por desapercibida, menos al lugar donde llega. La base, la torre de comandos y milicia de iPlatinum, un centro operativo de entrenamiento tan avanzado donde albergan los más altos mandos en la política, la milicia y científicos.
No cualquiera entra y aunque sus puertas son abiertas para algunas excursiones estudiantiles y zonas para turistas es un lugar que podría considerarse un laberinto, pocos saben dónde están los verdaderos lugares importantes por supuesto para ciborgs que solo son importantes.
Su llegada en una nave compacta y en extremo tecnológica. Al pisar los suelos es saludado por unos novatos que reflejan respeto también se gana las miradas atentas de otros más y no es exageración después de todo está presente el ciborg más fuerte de la raza.
Su caminar es rápido, se le nota que lleva prisa así que sus saludos son limitados en meneo de una sola mano. Vistiendo ropas cómodas militares que van de tonos grises y negros, sus ojos ocultos en esa pantalla negra que le corona. Pasa por los suelos metálicos oscuros y un pasillo largo donde hay múltiples luces, decoraciones, cuadros de juramentos, retratos de altos generales y algunos drones con la tarea de llevar información y una que otra bebida.
Al llegar al final de ese pasillo la puerta le da acceso a una habitación, una donde dos mujeres concejales le esperaban.
—¡Tú, idiota! — Gruño una de ellas abandonando la silla que levitaba con suavidad— ¡¿Me puedes decir qué es lo que trajiste al planeta?!
—Oh, buen presente para usted concejal Utahime— Satoru sonrió ignorando la pregunta.
—Somos testigos de tu actitud rebelde pero creo que hoy si has exagerado un poco— una voz neutra que no expresaba enojo o desagrado sino diversión y tranquilidad.
—Concejal MeiMei, buen presente— sonrió a la segunda mujer que le correspondía con un meneo elegante de su metálica mano.
Ambas ciborgs tan llamativas y hermosas con fuertes voluntades, sensatez y actitudes prosperas. Mujeres que han sido reconocidas por sus aportes y juicio honorable, vestían ropas elegantes y discretamente ceñidas en tonos blancos y rojos, con adornos de piedras preciosas en sus cabelleras, Utahime que es de una tez morena hacia relucir el oro blanco en su cabello mientras que MeiMei, con esa cabellera blanca, dividida en dos trenzas era coronada con una diadema de diamantes azules símbolo de su realeza y origen familiar.
Una tenía un porte de elegancia, serenidad y ambición al poder monetario esa era MeiMei mientras que Utahime llevaba sus gustos por libros, tabaco, y una fuerte voluntad por conservar la armonía en iPlatinum.
Dos féminas que conocen al ciborg Satoru hace siglos, la confianza es mostrada solo en ciertos lugares y momentos.
—Así que son ustedes las que se enteraron de mi pequeño hallazgo, — Satoru dijo con tranquilidad, sin borrar su sonrisa. Más que tranquilidad, sabía que esas mujeres no representaban ser una molestia como el resto de concejales— es un alivio.
Utahime, con su estatura promedio intento golpear al ciborg pero fallo debido a que el hombre se movió, tomando asiento en una de esas sillas de cuero negro que levitaban con control.
—¡Somos concejales, respétanos! — le gruño Utahime que apenas había seguido el paso rápido del ciborg cuando tomo asiento.
—Claro que tienen mis respetos, nunca hago sentir mal a una mujer— suspiro, haciendo un guiño del que no pudieron ver las mujeres.
—¿Nos dirás por qué un humano esta aquí? — pregunto MeiMei, esta vez mostrando una postura más seria.
—Claro que lo haré, después de todo estoy obligado a rendir cuentas con ustedes concejales— dijo, después de unos segundos ante la pregunta— pero antes de dar todo informe y muestra de este pequeño pero fascinante hallazgo me tomare unas vacaciones.
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𝓟𝓮𝓻𝓹𝓮𝓽𝓾𝓸𝓼
FanfictionSe extinguieron entre ellos mismos mientras que trataban de crear un ejército para su planeta logrando el fracaso total y ser la burla de las otras razas. No hubo quienes los incitaran a llevar su desaparición en la existencia, la humanidad fue tan...