Algún valor.

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ADVERTENCIA, PERSONAJES MENCIONADOS DEL MANGA.

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Lo sentía, sentía cada tejido de musculo ser restaurado, sentía cada hueso fortalecerse, sentía cada sentido agudizarse, sentía como el corazón bombeaba la sangre con fuerza y velocidad apta.

Sentía el calcio entrar en cada articulación, sentía como los pulmones se agrandaban ante un suspiro. Las uñas fortalecerse, la piel se coloreaba en tonos bronceados y carnosos.

No había ningún rincón en el cuerpo que no se volviera fuerte y en excelentes condiciones, era como volver a nacer.

Lo único que pudo “evitar” sanar era su conciencia. Sintiendo la vida volviendo por completo a su cuerpo, la mente humana fue bombardeada por muchos recuerdos tan fugaces y rápidos que parecía tener una pantalla dentro de su mente.

Vio aves volar, peces nadando el sonido del mar chocar en las rocas, una mariposa nacer, una manzana caer, un caballo correr en un hermoso prado, el sol ocultarse en oeste, los truenos que se ven en el cielo iluminando el cielo en segundos y el pequeño capullo de un tulipán florecer. Muchísimas imágenes aleatorias con sonidos, incluso juro que sentía los vientos y las brisas de cada situación que había visto en su mente. Y estas no desaparecieron hasta que la puerta se abría lentamente.

Pequeño hermano.

Itadori

Por favor.

Yuji.

Mata al resto.

Ese es tu nombre ahora.

—¿Yuji? —Su nombre era acompañado con la duda, como si trataran de reconocerlo.

¿La voz de Satoru siempre fue así?

Ahora con el sentido del oído resanado sentía que aquella voz llenaba cada rincón de su cerebro en melodías perfectas.

Los ojos humanos resplandecían en tonos dorados mirando el par de azules turquesas de Satoru que reflejaban sincera preocupación.

—Estoy bien— Respondió seguro. Muy bien. Contesto creyendo que la mención de su nombre era mas por saber su estado físico. 

Lento pero con una seguridad notable descendió de esa capsula… cambiado.

Nobara camino hacia Yuji sorprendida, mirándole de pies a cabeza.

—¿En dónde quedo el palillo de hace unos minutos?

No era exageración, la diferencia era abismal. Como el color blanco y negro.

Cada presente estaba ante un humano en su máximo esplendor, estaban ante el último y el mejor. Su cuerpo cambio, ya no lucia delgado ni pequeño. Adquirió musculatura detallada en cada lugar, incluso su rostro cambio, tenía facciones fuertes, varoniles y de un adulto.

—Vaya, altero tus folículos pilosos— Ieri comento acercándose con una sincera mirada curiosa, el humano tenía el cabello largo, hasta el cuello, el tono oscuro siendo más notorio pero la cabellera rosa brillaba sin quedarse atrás y en su rostro había un barba oscura que iniciaba desde las patillas y terminaba en un candado perfecto luciendo un poco desaliñado.

El traje especial ahora se pegaba en el como una segunda piel dejando más en claro el escultural cuerpo nuevo.

—Necesito analizarte con más detalle y dejar descartada cualquier alteración interna.

El humano asintió. Y miro hacia Satoru esperando su permiso.

El ciborg dejo de mirar el cuerpo nuevo de Yuji para conectar miradas, asintió y los siguió.

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⏰ Última actualización: Jul 02 ⏰

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