¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El ambiente en la sala de estar era cálido y hogareño, con el calorcito de los radiadores, los rayos de sol que entraban desde fuera porque el cielo decembrino estaba despejado, y las guirnaldas navideñas que habían colgado en la puerta y sobre el marco de las ventanas. Sin embargo, en la televisión estaban pasando un anuncio de aspiradoras que estaba irritando a Yoongi, ya que era la sexta o la séptima vez que lo repetían en menos de media hora.
El susodicho se encontraba subido a una pequeña escalera, decorando el árbol de Navidad bajo la atenta supervisión de su novio Hoseok, quien le daba instrucciones.
— En esa rama no, hyung, te he dicho que en la de abajo — Yoongi se disponía a colgar el juguete que tenía en la mano, pero Seok le volvió a detener. — No, hyung, en la rama de al lado. ¡Esa no! La de la izquierda. Bueno, mejor ponlo en la de arriba.
— A ver, ¿en qué quedamos? ¿La de arriba o la de abajo?
— La de arriba — respondió dubitativo. Yoon lo iba a colgar, pero su novio exclamó de nuevo. — ¡No, no! Mejor abajo.
Los dedos de Yoongi ya estaban junto a la rama, cuando Hoseok volvió a cambiar de idea. El mayor cerró los ojos, contando hasta diez para mantener la calma porque entre la indecisión de Seok y el dichoso anuncio de la aspiradora se estaba poniendo de los nervios. Y solo era el quinto adorno, aún les quedaban dos cajas llenas de juguetes por colgar...
Tenían muchos adornos y un árbol bastante grande, motivo por el cual Yoongi tenía que usar una escalera para llegar a las ramas más altas. Hoseok y Yoongi llevaban juntos seis años, cinco de los cuales viviendo juntos, y habían tenido que cambiar de árbol cuatro veces ya que el número de adornos aumentaba considerablemente cada diciembre, y en el arbolito del año anterior a duras penas cabían todos. Pero en algún momento tendrían que parar porque, de lo contrario, el abeto que necesitarían para colgarlos todos tendría que ser tan grande que no cabría en el comedor.
— ¿Aquí está bien, Hobi?
— ¡Perfecto!
Yoongi lo colgó en una rama, pero la fina cuerdecita del juguete se le enredó en el dedo y, al tirar para sacarlo, el nudo que mantenía la cuerda unida al adorno se deshizo y este voló directo hacia el suelo. El impacto fue fatal y la pieza se hizo añicos ante la mirada de horror de Seok.
"¿A qué espera? ¡Compre ahora la aspiradora nº 1 del mercado!" la televisión también estaba enervando de más a Hoseok, por lo cual la apagó y lanzó el mando al sofá sin cuidado.
— ¿¡Hyung, qué has hecho!? — vociferó antes de correr hacia el árbol, rescató un par de pedacitos del juguete destrozado e intentó unirlos, pero era inútil, estaba irremediablemente roto. Yoon se sobresaltó por el grito y se volteó a verle sin entender a qué venía esa reacción tan dramática.
— Yo no he hecho nada, se ha roto la cuerda — repuso en su defensa.
— ¿Por qué no has tenido más cuidado? Era... ¡era mi adorno favorito!