El callejón está oscuro y nieva con tanta intensidad que cualquier rastro de huella que pudiera haber desaparece camuflada de blanco en cuestión de minutos. A juzgar por la lisa capa de nieve que se ha acumulado, debe de hacer un buen rato que nadie entra ni sale de este rincón perdido por la ciudad. No obstante, las voces que se oyen desde el interior del pub indican que este no está vacío.
El lugar está impregnado del olor que dejan los cigarrillos de los tantos clientes que pasan por ahí, el cual la combinación de perfumes y ambientador no logran combatir, y el aroma del alcohol también flota en el aire junto con algunos murmullos amortiguados que llegan desde el extremo del pasillo, mezclados con la música que suena y el repiqueteo lejano de botellas y copas.
Los clientes no están hablando mucho ya que en aquel instante, sobre el escenario algo deteriorado por la falta de mantenimiento y el paso de los años, alguien está cantando al ritmo de la melodía alegre que emana de un viejo piano.
El público es bastante heterogéneo, hay desde parejas muy mayores y estudiantes con poco presupuesto, hasta empresarios de rostros agotados y bebedores solitarios que están más presentes en cuerpo que en alma. Algunas personas acompañan al intérprete y al pianista con palmadas y leves movimientos de cabeza al son de la música, otros están distraídos en sus conversaciones y bebidas.
El escenario es sencillo, pues no se compone de más mobiliario que un grueso telón rojo, un micrófono de pie y el piano, además de algunas guirnaldas amarillas y plateadas como las que decoran las paredes del resto del local.
Los ladrillos anaranjados y algo roídos de la pared del fondo combinan con el cabello rojizo del cantante, que se pasea con energía de un lado a otro por el suelo de madera cuyos crujidos son silenciados por el sonido de la música y la voz que la acompaña.Falta poquito para Navidad y lo que les encargan interpretar son sobre todo villancicos, pero para no hacerlo tan monótono, los dos músicos – Min y Jung – intercalan otras canciones de antaño y modernas; algunas baladas, otras más bailables para mantener al público animado. El repertorio es muy variado y los oyentes lo agradecen.
El cantante y el pianista lucen como dos polos opuestos en todos los aspectos, el contraste entre ellos se nota a leguas y no solo por los trajes, blanco y negro respectivamente.
A pesar de la música que toca y de que su cuerpo a ratos reacciona moviéndose al ritmo de las canciones, el tipo del piano tiene un rostro bastante inexpresivo, ausente y serio. El que canta es todo lo contrario a su compañero, está rebosante energía bailando por el escenario micrófono en mano, con una brillante sonrisa de oreja a oreja que contagia a quienes le están viendo y escuchando.
Entre canción y canción resuenan los aplausos y, tras un par de minutos de descanso, se reanuda el show. Así transcurren todas las veladas en aquel modesto pero agradable establecimiento.
Sobre las dos y pico de la madrugada los últimos clientes del pub ya se han marchado, y poco después lo hacen también los dos camareros que atienden las mesas. Aquella noche, por ser jueves, el dueño se ha ido más temprano también y el encargado de la limpieza no llega hasta la mañana, así que les toca a los camareros echar el cierre al local.
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Sope for Christmas [YoonSeok]
Fiksi PenggemarColección de One-shots navideños. 🎄 Cada uno es una historia independiente. ♡ Ship principal: YoonSeok (Sope). ♡ Romance, clichés, humor. © No se permiten copias ni adaptaciones.