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La puerta de un salón se abrió, adentro varios hombres hablaban en tono alto, exaltados, unos golpeaban la mesa por la intensidad de su molestia mientras que otros se mantenían sentados tratando de dar su punto de opinión. Jeon Jungkook tomó un bastón de madera que se encontraba a su derecha y lo golpeó contra la pared, creando un estruendo que hizo a los demás tipos quedarse en silencio y dirigir su mirada hacía él. El Duque suspiró y dejó de nuevo aquel bastón, empezó a caminar entre aquellos tipos, que se hicieron a un lado, dando espacio. El vampiro se sentó en la cabeza de aquella cuadrada y larga mesa, que se mantenía de 20 hombres, 10 a cada lado, quienes volvieron a discutir entre ellos.

—Silencio—ordenó Jeon Jungkook y sus ojos se pusieron de un rojo intenso, todos se sentaron de un solo y bajaron su mirada, con temor—. Se como se sienten, lamento mucho la pérdidas de sus familias y amigos, no pensé que los humanos romperían el acuerdo de paz que teníamos desde hace 100 años.

—¡Mataron a nuestras esposas e hijos, sin piedad, los masacraron esos malditos cazadores!—gritó uno con sumo dolor ya que había perdido a su familia en aquel día de caza—, fue una emboscada.

—¡Es la guerra, debemos pagar con la misma moneda!—alzó la voz uno de los vampiros más ancianos.

Jeon Jungkook suspiró, pensativo.

—He mandado una carta para reunirnos con la legislación de cazadores—interrumpió Jungkook, juntó sus manos—. Quiero que evitemos lo posible esta guerra antes de-...

—¡No podemos pensar en la paz, debemos atacar!—interrumpió uno de ellos.

—Ustedes no son los únicos que perdieron a alguien...¡Mi esposo también está postrado en una cama, sufriendo!

El vampiro soltó un chillido, aterrando a los demás, quienes se cohibieron asustados.


Yoongi hizo una mueca y movió un pequeño pedazo de madera. La escritora frunció el ceño viendo que la torre de bloques en la cual permanecían jugando, no se cayera.

—Entonces mi mamá dijo que yo había sido recogido de un puente—comentaba Yoongi que puso el bloque que liberó arriba de la torre—¡Ella siempre fue así de grosera conmigo! yo te digo, que no todas las mujeres pueden ser madres, no entiendo porque romantizan tanto la maternidad ¡Ah, no pienses en eso, ahora tendrás el hijo del Duque!—se regañó a sí mismo.

—Hmm, yo tampoco me llevé muy bien con mi madre—comentó la escritora y tomó un bloque; pero al quitarlo, movió la torre y esta se durrumbo, ella pegó un grito ahogado—¡No!

—¡Sí!—gritó Min Yoongi que se levantó y empezó a dar saltos y a correr alrededor de aquel cuarto blanco—¡He ganado, lo hice! ¡Es el décimo juego, soy el mejor! ahora—la señaló con una gran sonrisa de victoria—, debes cumplir mi deseo.

—¿En serio quieres que escriba que le darás cinco hijos al Duque?—inquirió extrañada.

—Por supuesto, debo esparcir su genes por el mundo, sería un desperdicio dejar en el vacío tanta belleza.

—¿Si recuerdas que tú darás a luz a sus hijos? que tendrás que parirlos.

—Oh—Yoongi al darse cuenta que su deseo era demasiado, se dejó caer de rodillas en forma de drama al suelo—¿Puedes escribir por lo menos que no tendré parto sin dolor?

—Ya te dije que no puedo manipular ya la historia ¡Porque vuelve el nuevo curso que has creado, cuantas veces te lo debo decir!

—¡Entonces para que demonios eres la escritora!—gritó volviendo a tomar a la mujer de los cabellos y jalonear molesto—¡No quiero sufrir algo así, hacer bebés es rico pero tenerlos ya no! ¡Hazme el favor!—en eso se quedó en silencio pero aún no soltaba los cabellos de la chica—, a todo esto ¿Cúal es tú nombre?

Kookgi|| SantéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora