Jeon Jungkook se asomó a la cuna de sus hijos, contemplaba con curiosidad aquellas pequeñas criaturas idefensas. Desde que le había dicho a su prometido que descansara después del embarazo, no había permitido que Min Yoongi se sobreesforzara, solo llevaba a los bebés cuando estaban tranquilos o tenían hambre. De allí, no dejaba que sus hijos lloraran en el mismo cuarto en el que Min Yoongi se mantenía, sabía que el sueño del híbrido era sagrado, por lo que con ayuda del doctor, hizo una formula especial para darle biberon cuando estos estuvieran hambrientos muy temprano en la mañana.
Escuchó como la puerta del cuarto se abrió, ingresando Yoongi en una silla de ruedas y siendo empujada por Sejeong, quien saludó al duque con sumo respeto, el híbrido contempló al Sangre pura con una cálida sonrisa en su rostro y alzó la mano. Jeon Jungkook se le acercó y le ofreció un beso sobre la frente.
—¿Cómo amaneciste?—preguntó con suma preocupación el vampiro tomando con cuidado las manos ajenas.
—Bien, vine a ver como se encuentran los bebés.
—Comieron hace dos horas, asi que no te preocupes. Están bien alimentados, deberias haberte quedado en la cama, apenas ha pasado un mes desde que diste a luz.
—El médico aconsejó que estuviera en constante movimiento, aunque estoy en sillas de ruedas no estoy haciendo mucho esfuerzo, no debes preocuparte.
—Aún así, tu cuerpo sufrió mucho en el parto, no es algo que vayas a recuperar de la noche a la mañana ¿Ya desayunaste, quieres que le pida a los sirvientes que te hagan algo especial de comida?
—Duque...estoy bien–sentenció Yoongi con una sonrisa—, ya que me levanté de la cama, podemos pasear por el jardín. Pronto empezará el invierno y la nieve caerá, con el frio me será más dificil salir.
—Comprendo...¿Quieres ver a tus hijos?—pregunto y se hizo de lado, dejando ver las cunas de los bebés. Yoongi afirmó y sonrió, el Duque le siguió con la vista.
Yoongi se acercó a sus bebés y se levantó con cuidado, siendo ayudado por Jeon Jungkook que lo sostenía de una mano y la otra la posaba sobre la cintura del pelinegro. Min Yoongi miró a los mellizos, quería protegerlos a como diera, suspiró un poco abatido, recordaba que en la novela de Santé, la tragedía llegó en invierno.
"Fue la tercera nevada del inicio del invierno, el dia más frio fue cuando el cuerpo del Duque colapsó sobre la nieve y está se pintó de un rojo carmesí, el Duque de Santé había caído."
Yoongi dejó caer unas lágrimas al recordar aquella parte de la novela y solo tener la imagen en su mente, se rompió. Jungkook lo sostuvo a tiempo cuando sintió las piernas de su amado volverse un poco débiles.
—¿Joven Min? le dije que no hiciera mucho esfuerzo.
—Lo siento...mi mente divagó—subió su rostro viendo el rostro de Jeon Jungkook, quien le comprendía con unos ojos amorosos que no supo comprender cuando fue que el vampiro le empezó a ver con tanta calma.
—¡Está nevando!—escuchó un grito de emoción a la lejanía, viendo como las doncellas que arreglaban y limpiaban el cuarto, se asomaron por la ventana, el ceño del omega se frunció—, parece que el invierno se adelantó hoy.
—¡Mi señor!—llamó Sejeong a su amo con una gran sonrisa—, mire la nieve.
Jeon Jungkook se giró y alzó a Min Yoongi entre sus brazos para cargarlo, se fue acercando a la ventana, viendo los primeros copos del invierno. Min Yoongi abrió los ojos en par, el tercer dia de la nevada, sería el ataque a la mansión.
Soohyuk enarcó ambas cejas, consternado por lo que sus ojos veían, el antiguo cazador, aquel veterano conocido por haber aniquilado más de mil vampiros impuros a lo largo de su vida, sacó un puro y lo metío a su boca, lo encendió con la suma tranquilidad. El joven cazador se acercó a la vampira híbrida que se encontraba atada de sus manos con largas cadenas, también de los pies y en su boca, un bozal de metal ya algo oxidado. Ella le contempló con su ojos cargados de dolor y sin vida.
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Kookgi|| Santé
FanficMin Yoongi había maldecido a su escritora favorita antes de morir, todo porque mató a uno de sus personajes más amado, el antagonista de la historia que leía. Sin embargo, escupir al cielo no es bueno, debido a que el karma siempre está presente. Es...