Ventotto.

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Pero... Las cosas no siempre resultaban como uno esperaba.

Los padres de NI-KI querían marcharse de la ciudad, ellos habían dicho por un tiempo y no para siempre, pero él no podía estar seguro de ello.

Llevaba algunos días sin poder ir a ver a Sunoo porque sus padres no le dejaban salir de casa más que para ir al Instituto. NI-KI aseguraba en su cabeza que sería por otra ridícula discusión.

Así que prácticamente veía a Sunoo dos horas y media cada día.

Y se sentía horriblemente mal por ello.

Porque tenía que estar encerrado en el lugar que menos quería estar: su casa.

Tanto así, que terminó enfermo del estómago un día Lunes por la mañana.

Ni siquiera se quería levantar de la cama de lo mal que se sentía.

Y quería que Sunoo estuviera con él.

Pero no se podía.

Ni siquiera le había contado del supuesto viaje que le habían planteado.

Pero al menos, su relación no decayó por ello.
NI-KI tuvo que faltar a la escuela por una semana, pero Sunoo llenaba de mensajes cursis y bonitos su chat en el móvil.

Y NI-KI se lo agradecía profundamente, porque sus mensajes llenaban ese corazoncito tan apagado y falto de amor como lo estaba ahora.

Lo que más quería en el mundo...

Era un abrazo eterno del pelinegro.

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𖤜 NI-KI likes Sunoo | ˢᵘⁿᵏⁱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora