Quarantatré.

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El recuerdo de la primera cita de NI-KI.

Tenía que salir con Sunoo a las seis de la tarde y había comenzado a ponerse nervioso desde las
once de la mañana.

Ni siquiera sabía que harían aquel día, pero debía ser especial. Era la primera vez que Sunoo le había invitado a salir.

NI-KI quería verse bonito.

Había buscado un atuendo decente desde el día anterior, y ahora pensaba que no estaba conforme.

Una polera blanca, unos jeans negros rotos en la parte de las rodillas y una chaqueta semi-formal del mismo color.

No estaba tan mal, ¿O sí? Quizá debía buscar otro... O quizá no.

¡Ah, que difícil!

Arregló sus cosas cuando a penas faltaba una hora y media para el encuentro.

Se miraba al espejo cada vez que pasaba frente a él.

Arregló su cabello de distintas formas, hasta que prefirió dejarlo como naturalmente se veía.

Estaba listo, ahora sólo le quedaba esperar.

Ring ring.

Su teléfono sonó, Sunoo estaba afuera de su casa.

NI-KI casi se desmayó cuando vio su sonrisa al abrir la puerta.

Se veía tan perfecto.

NI-KI avisó a sus padres que saldría y tomó a Sunoo de la mano una vez que estuvieron afuera.

El día se podía resumir en:

—La risa de Sunoo cuando NI-KI manchó su polera con helado de chocolate.

—Los inevitables nervios de NI-KI cada vez que
Sunoo tomaba su mano.

—Los incontables besos que el mayor le dio al de cabellos rubios.

—Y por supuesto, lo mucho que se divirtieron.

Quizá no fue la cita perfecta, pero con el sólo hecho de estar juntos fue perfecta para los dos.

Quizá no fue la cita perfecta, pero con el sólo hecho de estar juntos fue perfecta para los dos

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𖤜 NI-KI likes Sunoo | ˢᵘⁿᵏⁱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora