Cosas Del Pasado

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-una mañana como cualquier otra en flower fruit mountain, wukong se entontraba en su sofá rodeado de sus monitos quienes lo acicalaban o simplemente miraban la televisión con el, realmente disfrutaban de aquella serie sobre el rey mono-

-por otro lado el mono dorado empezaba a sentir sus párpados pesados y de a poco terminó dejándose caer en brazos de morfeo-

-al abrir los ojos estaba en una pradera soleada y tranquila, se puso de pie mirando a su alrededor y caminó un rato hasta que sintió un peso sobre su cuerpo y rodó colina abajo hasta terminar en un campo de flores de miles de colores, tardó un momento en abrir los ojos y entonces lo vio, aquel mono albino con 6 orejas de llamativos colores, aquel inocente ser reía ante lo sucedido y luego ayudó al rey a levantarse-

Te atrape! Ahora es tu turno peaches -dijo el de tez morena alegremente mientras se alejaba paso a paso lentamente, pero no pudo uir ya que wukong se le lanzó encima y lo abrazó con fuerza hundiendo su cara en el hombro de mihou-

Perdón perdón perdón -era todo lo que wukong podía decir mientras leves sollozos empezaron a escucharse, macaque se sorprendió pero pronto el sentimiento de preocupación superó aquella sorpresa y tomó las mejillas de él rey entre sus manos secando sus lágrimas suavemente-

Hey.. Que pasa cariño? No has echo nada malo, no llores - le dedicó una dulce sonrisa y juntó sus narices dándole un beso esquimal, al ver que esto empezaba a relajar al contrario apegó sus pechos y le hizo caricias en la cabeza dejando besitos en su cara de vez en cuando-

Estoy aquí peaches, no te preocupes -entonces un tierno beso fue depositado en los labios del mono de piedra el cual no pudo evitar sonrojarse hasta las orejas y hundió su cara en el pecho de mihou-

-el mono albino no pudo evitar reír suavemente ante ello, entonces tomó la mano de wukong y entrelazó sus dedos entre sí haciendo un perfecto agarre-

Tienes hambre? Vamos a casa, aprendí una nueva receta humana, esas criaturas son realmente molestas pero tienen una comida deliciosa, tengo que reconocerlo
-wukong no pudo hacer más que admirarlo y corresponder el agarre, lo extrañaba, extraba a su amado liu er mihou, a su amado macaque, había olvidado cuanto amaba ver a macaque sonreír, o lo entusiasmado que solía estar al hablar de las cosas que le gustaban, realmente lo amaba, amaba todo de su esposo, aunque ya no tenía derecho a nada de eso-

-un golpe de realidad, la cruda y dolorosa realidad, abrió los ojos de a poco y se quedó mirando un punto fijo, probablemente procesando lo que acababa de soñar, aquel hermoso fragmento de el pasado que le había echo recordar lo precioso que es el ser que unió su alma con el, para la eternidad, pero la eternidad era mucho tiempo, y el destino tenía unos planes distintos para ellos, ahora estaba solo en aquella montaña en la que alguna vez la alegría reinaba, ahora lucia deprimente, y dolía, dolía recordar como solía ser y luego ver como era actualmente, el mono dorado salió de sus pensamientos cuando un monito tomó sus mejillas con preocupación al verlo llorar en silencio-

Uh.. Perdón pequeño, estoy bien, no te preocupes -acarició al primate menor sonriendo le mientras secaba sus propias lágrimas y se recostó en el espaldar de el sofá sintiendo unas enormes ganas de echarse a llorar hasta dormir de nuevo, ganas de gritar hasta quedarse afónico, sentía su pecho oprimirse con fuerza, si no fuera inmortal juraría sentir como si se estuviese muriendo, no era la primera vez, y realmente lo odiaba, odiaba ese sentimiento-

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-luego de una mañana muy pesada el mono de piedra decidió tomar una ducha y hacerse un té, luego solo volvió al sofá, no dormía mucho, no lo necesitaba, era inmortal y bueno, no hacía un esfuerzo físico que significará terminar cansado, por lo que haberse dormido antes de la nada fue raro para el-

ONE-SHOTS [lmk] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora