Secuelas

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Mac había decidido ir a la ciudad con su glamour humano para hacer ciertas compras y conseguir algunas cosas que necesitaba, al terminar se escondió en un callejón y al verificá que no había nadie se hundió en uno de sus portales de sombra para luego salir en la sala de la cabaña de el mono dorado, al estar ahí dejó la mochila que cargaba en el sofá y miró a su alrededor esperando que cierto alguien notará su llegada como siempre, pero no, de echo, la cabaña estaba muy silenciosa... No le gustaba, era una mala señal

Buscó al mono dorado por todo el lugar y cuando solo le quedaba el baño, se paró en seco y escuchó atentamente, dentro de él baño se oían sollozos desesperados y susurros, que el azabache entendía como maldiciones del sabio hacia la dama de huesos

Entró sin hacer escándalo pero asegurándose de que su contrario lo notará para no asustarlo, habían prometido no ocultarse nada entre ellos para que su relación funcionara, así que el sabio no se tomó la molestia de ocultarse bajo el Glamour y fingir con una sonrisa que no pasaba nada como solia hacerlo

Macaque miró como el mono de piedra tenía unas tijeras en mano y habían muchos mechones blancos en el lavabo y en el suelo, entonces miró al sol quien lo miraba con los ojos cristalizados, no es la gran cosa, pensarían muchos, pero aunque wukong no lo admitiera, un nuevo trauma se había generado en él cuando aquel ente se había apoderado de su cuerpo, poder ver todo, poder presenciar como los que quieres sufren bajo tus manos mientras tu no puedes hacer nada para detener las acciones de tu cuerpo

Esta mañana al despertar macaque ya no estaba, solo dejó una nota, diciendo que iría de compras, el sabio fue al baño, y al verse en el espejo no pudo evitar gritar al ver aquel gran mechón de pelo blanco entre su cabellera dorada, su reacción instantánea fue tomar unas tijeras y cortarlo, pero luego de unos segundos un mechón más grande aparecía, wukong se la pasó así, hasta que gran parte de su pelaje fue blanco y entre desesperación no pudo hacer más que llorar y maldecir a aquella bruja

Macaque había pasado por un duelo similar cuando LBD lo revivió, al despertar ya tenía aquellos mechones blancos, sabía que era algo que aunque no se veía como el mayor problema, podía derrumbar a cualquier que tuviese miedo a lo que estaban enlazadas aquellas secuelas

abrazó a wukong y lo cultó en su pecho de forma protectora acariciando su cabello y soba do su espalda mientras esté se aferraba a él, quizás no seria fácil, ni instantáneo, pero ayudaría al sabía a aceptar aquellas marcas como un recordatorio de que había salvado al mundo una vez más, y no como una marca que lo etiqueta a como alguien que dañó a quienes ama

Y luego se reirian de las reacciones del rey por un par de canas, juntos, como debió ser desde el inicio

ONE-SHOTS [lmk] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora