Caricias

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Macaque había estado tenso, y wukong se daba cuenta de esto, consultó con mk y este a su vez consultó con sandy formas de aliviarlo, al final no encontraron nada de lo que estuviesen seguros que macaque aceptaria

El rey volvió a la montaña y soltó un suspiro bastante pesado, al llegar a la cabaña vio al señor de las sombras en el techo mirando la luna con los monitos mientras estos acicalaban su pelaje negro

En ese momento algo hizo click en la cabeza del mono dorado, subió y se sentó detrás de su luna abrazándolo por la espalda

-Hola mango -miró a su contrario y este le sonrió  dándole un beso en la frente

-donde estabas peaches? No te vi en todo el día- el de pelaje azabache empezó a acariciar el cabello de su contraparte mientras este ronroneaba suavemente y empezaba a masajear sus hombros aliviando la tensión de estos

-le pedí ayuda a mk en algo - soltó un bostezo mientras ambas colas se entrelazaban entre sí, el mono azabache sonrió, sabía que era ese "algo" había seguido al rey un rato y lo descubrió

-peaches, sabes que me preocupo por ti verdad? - el mono dorado abrió los ojos y miró a su contraparte

-últimamente luces tenso.. Si algo te incómoda puedes decírmelo - el guerrero lo pensó un rato y se dio vuelta mirando al rey cara a cara-

-si es lo que quieres... Me molesta que me mientas wukong- el contrario iba a responder y el azabache siguió hablando impidiendoselo - mira, antes de que digas algo, se que usas tu glamour para ocultar las ojeras, y que cuando crees que estoy dormido te la pasas toda la noche mirando el techo o te vas y dejas a un clon a mi lado-

El sol se quedó en silencio y tragó saliva, realmente llegó a pensar que macaque se daría cuenta, no es tonto, estaba máquinando una explicación hasta que sintió unos brazos rodearlo y acercarlo al calor del cuerpo contrario

-no quiero que te excuses, y mientas para que me tranquilice, solo quiero que dejes de hacerlo.. -

Wukong soltó un pequeño suspiro y se acurrucó en el pecho de la sombra cerrando los ojos

-bien... Solo.. -

-shh shh sh sin excusas - el de pelaje dorado soltó una risilla y se acomodó recibiendo las caricias de su pareja, se sentía seguro, a gusto, completo de nuevo

La luna fue testiga de como ambos amantes se dieron amor hasta que el sueño les ganó y durmieron, esta vez ambos, juntos, sin preocupaciones, sin miedo, ni tormentos, sólo con el calor contrario que calmaba el frío en aquella noche

ONE-SHOTS [lmk] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora