Profecía #2

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Era una noche tranquila, o eso parecía el grupo de peregrinos despertó cuando una luz roja invadió el lugar

Wukong fue el primero en despertar y ponerse alerta

-Wang?... -

El lemur estaba rodeado de aquel aura mientras sus ojos brillaban en rojo, era la primera vez en todo el viaje que el primate no tenía el pelo cubriendo su ojo derecho

Wukong trató de acercarse pero fue como si rompiera el aura haciendo despertar al de pelaje grisaseo quien soltó un grito y llevo su mano a su ojo ausente, mientras su respiración se entrecortaba

El de pelaje dorado quiso acercarse pero el lemur parecía arisco con todos, hasta que Ao Lie lo intentó, se acercó lo abrazó y le sobó la espalda consolandolo, el cual inhaló el olor del dragon calmandose lentamente

Luego Wang se disculpó con los demás por su comportamiento, y explicó que había tenido una visión de como wukong atacaba a alguien y hasta donde vio ese alguien había terminado muerto y con el bastón mágico atravesandole el cráneo

Todos miraron horrorizados al mono dorado qué se mantuvo en su lugar, parecía asustado ante esa profecía

Wang señaló qué aveces sus profecias tardaban años en cumplirse, como wukong, qué nació 300 años después de haberlo profetizado

Pero eso no pareció calmar a los demas

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Wukong estaba luchando con quien actualmente era su pareja, su esposo, su amado, intentó hacerlo entrar en razón, pero todo fue en vano, la discusión verbal termino en golpes tan fuertes como para agrietar el suelo

El rey sacó su bastón para defenderse, y segado por la ira y el dolor de la Diadema, una vez tuvo a macaque tirado a sus pies levando el arma dorada entonces un grito se oyó, el monje dejó de recitar el conjuro para activar la Diadema, y todos excepto wukong miraron a Wang, quien acaba de gritar para que todos se detuvieran

-wukong! La profecía!.. -

Esas solas palabras viniendo de la voz del lemur hicieron qué wukong soltara el bastón casi con pavor como si el tenerlo sujeto le hiciera algún tipo de daño, retrocedió mirando a macaque mientras algunas gotas de sangre resbalaban por sus cienes debido a la presión de la Diadema y se mesclaban con las lágrimas qué empezaban a brotar de los ojos del rey

Macaque lo miró y al notar la sangre brotar de la cabeza del rey supo que su amado sol no quería atacarlo, y que solo actuaba por desesperación y dolor

Rápidamente se acercó tomando las mejillas del monarca y lo abrazó

El destino tomó otro rumbo

Uno donde pudieron ser felices

Uno donde siempre estuvieron para el otro

Todo gracias a una

Profecía



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