ONE-SHOTS [lmk]

Cuentos De Terror #4

Diyu decidió acompañarlos hasta la ciudad ocultándose bajo el glamour qué lo hacía ver como un humano, amarró su cabello en una coleta alta y se sentó en una de las mesas

- diyu tenía la fama de ser un sujeto despiadado, sin alma ni corazón, capaz de matar a un cachorro por la satisfacción de ver a su madre sufrir, capaz de asesinar almas puras e inocentes solo para ver a la muerte enojada, un ser que se alimenta de las emociones negativas, y las absorbe hasta dejarte física y mental mente agotado, llevándote al suicidio-

Narró tang de uno de los libros que tenía acerca del registro de seres poderosos y esas cosas, entonces todos voltearon a mirada al de ojos rubí qué acariciaba a mo mientras dejaba que wukong le haga trenzas a su larga cabellera

-blasfemia, diyu no es más que un mocoso con mucho poder, igual que wukong, en algún momento del pasado ambos hicieron algo malo y fueron tachados de seres feroces y desalmados para toda la eternidad, pero mientras no los hagan enojar, no son más que masitas existentes-

Mk asintió confirmando aquello devido a la experiencia con su maestro hasta ahora, entonces tang suspiró, arrancó la hoja titulada "señor del inframundo" buscó una hoja limpia, un lápicero y fue con el de tez pálida para hacerle preguntas, mei y mk se unieron a él por mera curiosidad de escuchar

-té? -

Preguntó sandy con una dulce sonrisa a lo que el de seis orejas aceptó la taza devolviéndole la sonrisa y agradeciendo

Una vez wukong terminó su artístico trabajo de trenzado fue con macaque, se le sentó encima como un niño pequeño juntando ambos pechos y recostandose en su hombro soltando un bostezo, el guerrero bufo divertido acariciando su cabello, mientras pigsy y tang aún parecían sorprendidos por el gran cambio en la relación de ambos monos, cuando los conocieron parecían querer matar al otro con la mirada, siempre a la defensiva intentando molestar de cualquier forma posible a su contraparte, ahora solo se la pasaban pegados, sin miedo a demostrarse afecto en público, siempre tomados de las manos o con las colas entrelazadas