Corona #2

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El sabio abrió los ojos lentamente y se sentó bostezando, realmente se sentía adolorido, cansado, y bastante desorientado

Pudo oír voces cerca, y decidió levantarse, solo para ser rápidamente sentado por su sucesor en la silla más cercana

-monkey King! No debiste levantarte, necesitas descansar!-

El rey miró a su sucesor y rodó los ojos divertido

-estoy bien kid, en serio -

El chico no parecía muy seguro

-en el pasado pasé por eso muy seguido, y mirame, sigo aquí, no te preocupes bud-

El sucesor soltó un pequeño suspiro asintiendo, no podía contra ese mono terco

-ahora mismo lo más importante es encontrar a ese demonio y meterlo al jarrón -

-querrás decir, notros debemos hacer eso, mientras tú te quedas aquí _

El mono azabache salió de una sombra haciendo que el rey volviese a sentarse incluso antes de lograr levantarse por completo

Antes de que el rey pudiese rechistar, el guerrero habló

-Si ese tipo sabe ese cántico debe tener más trucos bajo lo manga, será más rápido detenerlo sin que tenga un blanco al que atacar rápidamente -

-Podrán cerrar el cello sin mi?.. -

el azabache le entrega un medallon al rey y se pone uno igual en el cuello ocultandolo bajo su ropa

-cuando sea el momento se activará, y absorberá el poder necesario para el cello transportandolo al que yo tengo, es como si estuvieses ahí, solo no lo pierdas-

El rey bufó y desvío la mirada sin terminar de parecer convencido

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-maldita sea wukong, te dije que no lo perderás!-

Estaban en proceso de cellar al demonio en su respectivo jarrón, pero cuando el medallon brilló indicando que era momento de recibir un poco de ayuda, el poder extra nunca llegó

-vamos peaches... -

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En la tienda de fideos se oían golpes y gruñidos, de la nada el mono dorado fue expulsado del local por una ventana rompiendola al instante

La corona en la cabeza del monarca brillaba con intensidad mientras quien lo atacaba recitaba en alto aquel cántico, pero el rey no se rendiría fácilmente

Dio pelea, pero el dolor en su cabeza y las heridas aún sanando de la pelea anterior le daban desventaja

Pronto el demonio tenía un pie sobre el cuello del rey manteniéndolo pegado al piso frío de la calle

Wukong vio un brillo salir de su bolsillo, pero el demonio no era tonto, tomó aquello prácticamente desgarrando el bolsillo del monarca y lanzó el medallón

-es tu fin rey mono, dile hasta nunca a tu adorado sucesor y al macaco de seis orejas-

Entonces el cántico volvió a hacerse presente, con fueza, pero el rey sintió su sangre hervir cuando el demonio sujetó una foto de publicidad con la cara de mk y la rasgó frente al monarca del sol

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Wukong se acercó al medallon brillante sentándose en el suelo, lo tomó y apegó a su pecho sintiendo como su poder era absorbido

La calle estaba llena de cráteres, en medio de uno, el cuerpo sin vida de un demonio, y un charco de sangre enorme que se extendía en una franja saliendo de la marca profunda en el suelo, para luego haber un nuevo charco, pero este bajo un corazón frío y quieto, el monarca a pocos metros de aquello estaba echo un desastre, su camisa ausente mostrando un corte profundo que atravesaba su pecho, sus manos ensangrentadas y su cabeza escurriendo gruesos hilos de aquel líquido carmín, su pelaje aún estaba erizado y su respiración era irregular, era muy, muy difícil ver a wukong cansado, pero no imposible claramente, pronto el medallon dejó de brillar

No pasó mucho antes de que las voces del grupo llegaran a sus oídos macaque quizo gritarle por haber dejado el medallon quien sabe donde, pero al ver la escena y a wukong herido simplemente se acercó y puso su brazo tras la espalda del rey quien pareció apoyarse en el toque automáticamente perdiendo la conciencia poco después

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Al abrir los ojos el de pelaje dorado  soltó un quejido llamando la atención de los demás macaque y mk rápidamente se acercaron, wukong miró curioso a macaque y este asintió, un problema menos, un poco de paz por un tiempo, al menos esta vez no tendría que seguir sobre la marcha ignorando sus heridas

ONE-SHOTS [lmk] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora