¡Joder! [Mattom]

3

Ahí estaban todos en el suelo, sentados como si de una secta se tratase, se miraban uno a los otros con malicia.

-  Lloren - dijo confiado el rubio mientras tiró una carta A en la mesa.

- Matt, estamos jugando Mentiroso ¡Y ni siquiera es tu turno! - El de verde se palmeo la cara en señal de frustración, ya era la quinta vez que esto pasaba.

- Lamentable ¿Por qué jugamos en primer lugar? - dijo soltando sus cartas con frustración.

- Porque "alguien" no sabe convivir con Matt y cada oportunidad que tiene lo amenaza de muerte - tiró las cartas pra hacer las comillas con las manos.

- bueno, esto es aburrido pero yo tengo un juego que seguro le va a encantar al testigo de jehová - dijo mientras se levantaba del suelo y arrojaba las cartas contra el de cuencas mientras este solo le respondio con un gruñido.

Fue directo a la cocina mientras todos lo seguían, cuando llegaron vieron como se dirigía directo al refrigerador y sacaba botellas de Smirnoff y las llevaba al comedor, luego volvió por vasos de plástico y los llevó mientras tanto los otros tres chicos solo observaban para al final acercarse con temor y curiosidad.

- Bueno, el juego es simple. Formaremos un equipo de dos, tiraremos una bola hacia los vasos de su propio equipo, si cae en un vaso tendrán que beberlo, si no, no. Eso es todo el juego ¿Quien empieza? - el de cuernos estaba armando el juego, colocando 2 equipos de 11 vasos de cerveza un poco alejados uno de el otro mientras los llenaba de cerveza.

- ¿Emborracharse es la mejor forma de convivir?  - dudo el castaño.

- Al menos no es estúpido - dijo el de cuencas con una sonrisa en el rostro.

- Para los equipos serán Matt con Tom y Edd conmigo, porque si estamos Tom y Yo no tienen ventaja y sinceramente no tolero a Matt así que me quedo con Edd.

- ¿Tu crees que yo si? Por eso hacemos esto en primer lugar - Mientras el de cuencas se cruzaba de brazos el de verde lo fulminaba con la mirada.

- Solo hagámoslo - bufo el de verde.

Todos se acercaron a la mesa de extremo a extremo, primero empezaba el equipo de Tom, era claro que le atinó, al principio sería demasiado fácil pero conforme avance el tiempo todo se pondría extremadamente difícil.

- ¡Toma eso Comunista! - grito Tom alegre mientras bebía la bebida de un solo trago.

- Ahora tú Matt - El rubio solo falló apropósito, nunca fue fan de las bebidas alcohólicas.

- Ups.... - el de cuencas solo lo miro con frustración mientras el de cuernos tiró la pelota y le atinó.

El de verde hizo lo mismo, durante tres rondas más el rubio hizo lo mismo, estaban perdiendo horriblemente, iban 4 - 7, el de cuencas era verdaderamente bueno jugando pero el rubio era una desventaja.

- Matt si no le atinas te juro que te ahogare con tus peluches mientras duermes - le susurró en el oido al rubio, el contrario solo tembló y lanzó la pelota. Sorprendentemente, estaba vez, si le atinó. El rubio agarró el vaso con miedo y tomó un pequeño sorbo, hasta que el de cuernos se le acercó y hizo que se lo tomara de uno solo.

Muchas rondas más, ahora el grupo de Tom llevaba la delantera, iban 23 - 19 pero ya estaban muy borrachos y era la tercera  vez que llenaban los vasos ¿Quien llevaría la cuenta? Tom, el llevaba la cuenta al ser el más resistente al alcohol y al querer restregar su victoria en la cara, aunque en el estado que todos estaban no esperaba que lo recuerden.

- ¡Toma eso comunista! - el de verde ya estaba en el piso mientras el de morado vomitaba en una maceta de plantas.

El de cuernos solo lo miro con odio mientras el de cuencas bebían un vaso de cerveza de un solo trago. Y de la nada el de cuernos se le tiró encima, empezaron a pelear de la nada mientras los otros dos chicos se acercaban a detenerlos.

- ¡Tord *hip* Déjalo! - grito el rubio pero de la nada un golpe aterrizó en si rostro de parte del de cuernos.

- ¡Solo yo puedo golpearlo! - el de cuencas se le devolvió el golpe al de cuernos.

- ¡No lo *hip* golpees! - grito el se verde y tiró un golpe contra el de cuencas.

Estuvieron un rato peleando entre los cuatro mientras se defendían entre sí hasta que por fin lograron tomar conciencia y separase.

- ¡Ya basta! *hip* Es hora de dormir -  dijo el de verde mientras separaba al de cuencas y al de cuernos. Todos frustrados regresaron a sus respectivas habitaciones.

Apenas el de cuencas tocó la cama se quedó profundamente dormido, esto lo aprovechó el rubio y se abrazó al torso del de cuencas como si de un koala se tratara. Aunque quería ocultarlo el rubio empezaba a sentir algo por el de cuencas, algo más especial.