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El ambiente en el hogar era algo tenso cuando el de cuencas estaba, a decir verdad estaba muy enojado en los últimos días, aveces no llegaba a la casa simplemente por más que llamaban nunca respondía, la preocupación duró unos días pero lo olvidaron luego o le dejaron de tomar importancia menos Matt, semanas sin hablar con el, solo lo ignoraba o huía de el, mayormente dormía solo, Tom solía llegar por la mañana, esto sería una "bendicion" para los otros amigos pero al rubio en realidad ya no le importaba, se había acostumbrado a convivir con el o a que llegue con ese olor a alcohol que tanto le caracterizaba pero ya ni siquiera llegaba ¿Donde podría estar si no era en la casa? No tenía muchos amigos ni muchos pasatiempos, solo era su trabajo y el bar, el bar... "¡Mierda!" Pensó mientras se sacudía en su cama como un berrinche de niño pequeño, al fin había encontrado una razón por la que el de cuencas podría estar enojado, se sentía tan idiota, de verdad si era su culpa.

Por otro lado, el de cuencas como usualmente no estaba en su casa, estaba en otra, en la de la castaña llamada Susan, ambos estaban en la cama viendo una película, días anteriores la de rulos había conseguido un nuevo trabajo ya estaba más tranquila, los dos muchachos pasaban mucho tiempo juntos mayormente en la casa de la castaña o saliendo en pequeñas citas improvisadas, después de todo estar en su casa no era una opción aún seguía enojado con Matt ¿Estaba exagerando? Seguramente si pero eso no iba a cambiar lo que sentía, aunque disfrutaba el tiempo con la joven aveces se le hacía un poco estresante estar con ella más porque eran realmente muy parecidos y el de cuencas ni se soportaba así mismo.

- Hey, ¿Qué piensas? -dijo la castaña viendo al contrario pensativo.

- Nada importante.

- ¿Puedo preguntarte algo? - pregunto la mujer un poco incómoda.

El contrario asintió, aunque la chica dudó en si de verdad preguntar o quedarse con la duda aún., aún así agarro el valor suficiente y lo soltó.

- ¿Qué somos?

La clásica pregunta que dejó al de cuencas sin palabras pero de verdad no sabía si aunque sea eran amigos o algo nunca lo habían aclarado y ahora estaba dudando ¿En verdad quería algo serio con ella? Era genial pero aun dudaba. Pasaron unos minutos de silencio y la castaña había comprendido la razón de aquel tenso momento.

- ¿Quieres que seamos algo...? - pregunto la de rulos ya desanimada.

Hubo otro silencio, donde se miraron fijamente aunque no decían nada entendían perfectamente lo que pasaba y en como iba a acabar, aún así no dijeron nada ¿Qué se podría decir? Es como terminar sin haber tenido una relación es confuso y algo doloroso pero era lo que estaba pasando, la castaña estaba más que dolida, decepcionada.

- Entiendo Thomas, No estás listo, Solo... ¿Piénsalo sí? - dijo con una sonrisa la mujer.

Se rehusaba a dejarlo como si nada, era muy terca para eso y aunque intentaba engañarse, se había enamorado de aquel joven de cuencas que no quería absolutamente nada. A estas alturas la cabeza de Thomas daba vueltas, una mezcla de sentimientos indescriptibles.

- Me tengo que ir - se levanto de la cama y agarró sus cosas en silencio.

Se fue sin nada más que decir, ella tampoco mencionó una palabra, ya lo intento y su orgullo ya no se permitía seguir haciéndolo, solo lo siguió hasta la puerta principal y observó como se iba sin despedirse, cerró la puerta con llave, destrozada y cabizbaja se adentró en su amplia cocina sacando un vino de su repisa y una copa para terminar tomando desesperadamente del pico de la bebida, Su felino solo se sobaba contra su pierna ronroneando buscando afecto y atención, tal vez, ella también necesitaba un poco de eso. "Mierda Thomas" dijo en voz baja sentada en el suelo acariciando a su mascota con melancolía.

Thomas no estaba ni cerca de estar mejor ahora estaba en su lugar favorito, un bar, donde siempre estaba en casos de crisis, en casos de ocio o en casos de citas, el bar era una buena opción para todo pero como es usual en el, nunca logra controlar la cantidad de bebidas menos cuando esta en un conflicto. "¿Por qué me enoje con Matt? Ni siquiera me gusta Susan..." pensó confundido luego el primer nombre dio vueltas por su cabeza, estaba aturdido tal vez por el exceso de bebidas pero aún así se fue sin más, volviendo a su casa tambaleándose y una que otra vez vomitando.

...

En la casa ya todos estaban durmiendo, Edd con Tord y Matt solo en su habitación sin Tom, suponía que ya no volvería y se durmió al instante, sorpresa fue cuando sintió como alguien abría la puerta de us habitación, adormilado volteo a ver.

- Maaaaatt~! - El de cuencas se tambaleó hasta llegar a la cama y tirarse sobre el rubio torpemente.

- ¿Tom? - lo vio sorprendido.

- Susan... me odia, ¿Tu... me odias? - dijo con la voz entrecortada, aún así el rubio lo entendió y se sonrojo un poco.

- Para nada.

De la nada recibió un abrazo, este se sorprendió, olía muy fuerte a alcohol y también pesaba, sentía su respiración en el oído haciendolo estremecer un poco, luego se dio cuenta que el contrario se había quedado dormido en su hombro, con poco fuerza lo aventó a su costado y se acomodó dándole la espalda, hasta que sintió como unos brazos se colocaron en su torso, esto puso al rubio como un tomate.

¡Joder! [Mattom]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora