Prólogo

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Una valiente joven se abrió paso a través de las ruinas de su antiguo hogar, una aldea que alguna vez fue próspera, pero ahora era solo un recuerdo triste y desolado.

En tiempos pasados, "La Aldea Oculta Entre las Hojas" era admirada por sus intrépidos ninjas y su poderoso linaje. Pero ahora, solo quedaban escombros y cenizas, un sombrío panorama de caos y desorden. Los héroes habían caído y las calles estaban manchadas con los cuerpos sin vida.

Para los que aún habitaban ahí, no era una aldea; era un desierto de ladrillos y piedras. Por eso, ver a una joven perseguida por un grupo de hombres armados no hizo que los residentes entrarán en acción. 

Sin aliento y llena de suciedad, la joven seguía adelante, luchando contra el agotamiento. Su cabello púrpura, oscurecido por el hollín y el sudor, había perdido su brillo. Su rostro estaba manchado de barro y sus delgados hombros se movían con dificultad bajo el peso de su cuerpo agotado.

Aun así, siguió adelante, forzando sus piernas a dar paso tras paso agónico mientras miraba hacia atrás una y otra vez a sus perseguidores con la desesperada y aterrorizada energía de una presa que intentaba escapar de la muerte. 

Corrió hasta que el dolor sordo de la fatiga se convirtió en el dolor ardiente del agotamiento, y luego corrió un poco más. Y así sucesivamente, el dolor, el miedo y el fuego en sus pulmones y miembros se desvanecen en una masa informe de agonía que amenazaba con aplastar su corazón.

Entonces sucedió... su fuerza le falló.

一 ¡AUH!

Golpeó el suelo con fuerza, soltando el objeto que había estado sosteniendo: un antiguo diario que perteneció a su abuela, Hinata Hyuga.

Con prisa, la joven se arrastró hacia el diario, recordando las palabras de su difunto padre: 

"Escúchame, Ai. Lo que está escrito en este diario es la verdad, y es una verdad que debes saber... No importa lo que los libros de historia digan. Solo debes confiar en las palabras de tu abuela, porqué esa es la realidad..."

La soledad y la tristeza se apoderaron de ella al recordar a todos los seres queridos que habían perdido. Su madre, su tía y todos aquellos que habían muerto para protegerla. Todos le habían dicho lo mismo: si tan solo ella siguiera viva, las cosas no habrían terminado así. 

La joven nunca conoció a su abuela, pero se aferraba a su diario como una conexión con su pasado. No entendía cómo su mera existencia podía haber cambiado el curso de los acontecimientos.

En ese momento, un hombre apareció frente a ella, sonriendo de forma amenazante. Su miedo se apoderó de ella una vez más, pero recordó las palabras de su abuelo: no podía rendirse, tenía una misión que cumplir.

El miedo fue reemplazado por una determinación feroz. Se puso de pie, con la cabeza en alto, derramó su sangre sobre el sello del diario y lo lanzó sobre un muro. De repente, un destello de luz cegadora envolvió el libro, mientras que los espectadores observaban sorprendidos.

El diario se abrió y se pasó rápidamente por las páginas antes de desaparecer misteriosamente... Así, sin que nadie sospechara, las arenas del tiempo cambiaron su flujo.    

Las Crónicas de Hinata HyugaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora