Capítulo 4

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Hinata se dirigió a la casa principal del clan. Al entrar en la sala de reuniones, Hiashi ya se encontraba esperándola. Su expresión era seria y, a pesar de que Hinata había avanzado en su habilidad para enfrentarlo, todavía sentía un leve temor cuando estaba a solas con él.

—Hinata, ¿qué deseas hablar? —preguntó Hiashi, mirándola fijamente.

—Padre, deseo ingresar a la academia ninja —respondió Hinata, sin titubear—. Quiero graduarme como ninja y aprender junto a mis compañeros.

Hubo un momento de silencio tenso antes de que Hiashi respondiera.

—Hinata, como heredera directa del clan, tienes una responsabilidad mayor a la que debes enfrentarte. No es necesario que pases por la academia para convertirte en una ninja poderosa.

Hinata mantuvo la mirada firme, decidida a seguir adelante con su solicitud.

—Comprendo la importancia de mi posición, padre, pero también creo que hay mucho que puedo aprender en la academia. Quiero demostrar mi valía y conectarme con mis compañeros de generación.

Hiashi la observó durante unos instantes más, antes de suspirar.

—Muy bien, Hinata. Concedo tu solicitud. Podrás ingresar a la academia, pero recuerda que tu deber principal sigue siendo el de ser la futura líder del clan Hyūga.

Hinata asintió, agradecida por la oportunidad que se le había brindado. Sabía que aún tenía mucho por demostrar y que no sería fácil, pero estaba dispuesta a esforzarse al máximo.

Después de la reunión con su padre, Hinata regresó a su habitación llena de emoción y determinación. Sabía que el camino hacia convertirse en una ninja fuerte no sería fácil, pero estaba lista para enfrentar cualquier desafío que se le presentara.

Durmió esa noche con una sonrisa en el rostro, sabiendo que había dado el primer paso hacia la realización de su sueño.

Durmió esa noche con una sonrisa en el rostro, sabiendo que había dado el primer paso hacia la realización de su sueño

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Las sandalias de Hinata voltearon con un ritmo alegre mientras atravesaba las puertas de la Academia Ninja de Konoha.

Convencer a su padre había sido más fácil de lo que ella había pensado, la única condición que le había impuesto era que se graduara como la mejor de su generación.

Después de revisar cuidadosamente la hoja de asignación, Hinata encontró el aula 3 y se apresuró para conseguir un sitio en la parte del fondo. Si ella tenía que quedarse adentro, al menos quería evitar ser el centro de atención.

Un chico asintió en su dirección mientras tomaba asiento a su lado, e Hinata intentó devolvérselo. Esperaba que él no pensara que estaba haciendo muecas.

Un hombre alto y delgado se presentó como el profesor Iruka y comenzó a repasar en general lo que habían aprendido hasta la fecha.

— Etto... intenta ponerme al corriente — susurró suavemente.

—Hace esto siempre — dijo el chico con facciones caninas—. Creo que lo hace más por Naruto.

— ¿Naruto...?

—El de cabello rubio — dijo, señalando al chico que estaba dormido sobre el pupitre. Hinata lo reconoció como el niño que la había salvado de los matones en el pasado—. Por cierto, soy Kiba, y este es Shino, quien está a tu lado.

Hinata quedó pasmada. Sabía que tendría que encontrarse con ellos en alguna ocasión, pero jamás imaginó que conocería a sus futuros compañeros de equipo en su primer día de clases.

— Soy Hyuga, Hyuga Hinata. ¿Les parece bien si quedamos para almorzar?

No pudo evitar sonreír al ver a sus dos compañeros asentir.

Las Crónicas de Hinata HyugaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora