🍃Flechazo

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A muy temprana edad, Sakura ya jugaba con sus muñecas de una forma un tanto peculiar, las auscultaba, les tomaba la temperatura y les fabricaba improvisadas camas simulando un hospital. Sus padres la observaban desde la distancia y enseguida supieron que lo suyo era pura vocación, y así fue. Siendo una niña brillante en los estudios, Sakura tuvo claro que quería estudiar medicina, por lo que se dedicó en cuerpo y alma a sacarse la carrera, renunció a muchas cosas por ello, en especial a encontrar el amor, pero justamente su amor por el trabajo fue más fuerte.

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Fueron unos años felices para ella, y cuando terminó las prácticas, encontró trabajo en uno de los hospitales más grandes de Tokyo, dejando a sus padres atrás en el pequeño pueblo dónde residían porque allí no habían vacantes. En la capital conoció a Hinata Hyūga y ambas enseguida congeniaron convirtiéndose en amigas inseparables. Todo estaba bien, hasta que la segunda guerra mundial sacudió el país trayendo con ello muchas bajas y sin recursos para salvar a todos los heridos, pero Sakura no se rindió, al contrario, dio lo mejor de sí misma y mostró impecable profesionalidad en los momentos más angustiosos y estresantes, pues era su trabajo y lo cumplió con creces.

¿Quién iba a decirle que en medio de tanto caos encontraría al amor de su vida ...?

**

Cuando las cosas se calmaron un poco, llegaron al hospital un grupo de militares heridos en combate, entre ellos, el teniente Uchiha, un hombre en sus treinta y tantos presentaba heridas de extrema gravedad, por lo que el fino hilo entre la vida y la muerte pendió en las manos de Sakura, a la cual encargaron la tarea de curarlo y velar por su seguridad. No fue tarea fácil, pero con paciencia y perseverancia, la pelirrosa lo consiguió, sin embargo, después de salvarle de una muerte segura, éste siguió en estado comatoso durante varios días, hasta que despertó.

—¿Cómo evoluciona tu paciente, Saku? —preguntó Hinata mientras comían en la cafetería del hospital.

—Bien, no creo que tarde mucho en despertar —Sakura respondió escueta.

—Has hecho todo lo posible por él, estoy segura que saldrá adelante. Yo... yo finalmente he podido salvar al comandante Uzumaki, en pocos días le darán el alta —respondió la azabache con un innegable sonrojo tiñendo sus mejillas.

—¿Y esa pícarona sonrisa...? ¿acaso te gusta el rubio? —Hinata hizo aspavientos e intentó eludir la pregunta de su amiga, pero Sakura la conocía demasiado bien.

—N... no, bueno... es muy guapo, pero, no creo que un hombre de su posición se fije en mí, aunque... tampoco le hago daño a nadie por soñar despierta, ¿no? —ambas se ríeron hasta que el responsable del hospital se acercó a la mesa y llamó a Sakura.

*

—Señorita Haruno, déjeme felicitarla, el teniente Uchiha ha despertado y su vida está fuera de peligro —Sakura hizo una reverencia en señal de agradecimiento a sus palabras.

—Me alegro. ¿Cuándo le darán el alta? —inquirió curiosa.

—En unos días, máximo en una semana, eso sí, me ha pedido personalmente que venga a buscarla porque quiere hablar con usted —Sakura pagó la cuenta y se despidió de Hinata.

Cuando Sakura llegó a la habitación, dio dos ligeros golpes en la puerta para pedir aprobación por parte del teniente, a lo que éste enseguida le cedió el paso y le sonrió en cuanto ella se posicionó a un lado de la cama.

*

—Buenos días, señor Uchiha —Sakura lo saludó educadamente.

—Disculpe, señorita, pero... ¿es usted la que me ha salvado la vida, verdad? —preguntó el moreno cuando volvió en sí después de pasar una semana en coma.

AUSENCIA (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora