🍃Ausencia

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Sakura despierta con los primeros rayos de sol y enseguida su mano izquierda tantea el colchón en busca de su amado Sasuke, es entonces, cuando abre los ojos de golpe y vuelve a la cruda realidad. Una punzada profunda y dolorosa atraviesa su pecho y siente que no puede respirar, él ya no está, se ha marchado a la guerra y la ha dejado sumida en una produnda soledad.

—Sasuke... —susurra con voz queda a la vez que abraza la almohada y aspira el aroma de su esposo, el cual todavía sigue impregnado en las sábanas.

*

Se levanta y baja a la cocina para preparse un café y un par de tostadas con mermelada de frambuesa, se sienta en la mesa y el único sonido que escucha es el incesante tic tac en el reloj que cuelga en la pared de azulejos, por más que lo intenta, no se acostumbra, pues siempre desayunan juntos y el asfixiante silencio se le hace insoportable.
De repente, mira el calendario y entonces se percata, es Navidad, pues con todo lo acontecido, se le había pasado completamente por alto. Unas ganas irrefrenables de dirigirse al salón y descolgar el teléfono para llamar a sus suegros se apoderan de ella, le prometió a Itachi acudir a la comida familiar, pero no le apetece en absoluto, no le apetece hacer nada si Sasuke no está a su lado. Intenta distraer la mente realizando las tareas del hogar que normalmente por falta de tiempo están atrasadas, como limpiar baldosas, ordenar armarios... pero cuando sostiene en sus manos las prendas de Sasuke, de nuevo se derrumba, todas y cada una de ellas huelen a él e irremediablemente la tristeza vuelve a embriagarla

Duele tanto su ausencia...

*

A media mañana suena el timbre de la entrada, son Hinata y Naruto que han venido a verla para desearle una feliz navidad, la morena y el rubio todavía no saben de la partida de Sasuke, pero cuando observan a Sakura recibirles con gesto sombrío, enseguida le preguntan.

—Sakura... ¿estás bien?. Tienes mala cara —Hinata acaricia su mejilla mientras espera su respuesta.

—N...no... no lo estoy. Sasuke se ha ido, ayer le notificaron que hoy mismo debía partir hacia Hong Kong para preparar una ofensiva contra Estados Unidos, se ha marchado de madrugada, estoy tan... —la pelirrosa no puede evitar soltar un par de lágrimas.

—¿Qué estás diciendo?, pero si Sasuke ya estaba retirado. ¿Cómo puede ser que yo no me haya enterado de nada? —se queja el rubio.

—No lo sé, Naruto, pero él me dijo que si no acataba las órdenes, sería juzgado por desacato, así que... —Hinata la abraza con fuerza al ver que su mejor amiga no puede terminar la frase.

—Tranquila, cariño. Sasuke es fuerte y un excelente soldado, ya verás como saldrá adelante, cuando menos lo esperes lo tendrás de vuelta —Sakura agradece los ánimos de la azabache.

—Espero que así sea, pues si algo llegara a sucederle, yo... no creo que sea capaz de soportarlo.

La pareja le muestra su cariño en estos momentos tan complicados, en el fondo no están seguros de cual será el desenlace y si el azabache logrará regresar a casa, pero no pueden demostrar flaqueza frente a ella, al contrario, tienen que animarla y darle fuerzas.

Después de tomar un café y hacerle compañía por un largo rato, al fin la pareja decide marcharse, no quieren dejarla sola, pero deben acudir a casa de los suegros de Naruto para celebrar la comida de Navidad, incluso le ofrecen ir con ellos, pero Sakura niega y argumenta que prefiere quedarse en casa.

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Ya es casi mediodía y Sakura al fin decide llamar a casa de los Uchiha, le sabe mal hacerles el desplante, pero no se siente con fuerzas para ir a ningún lado. Con el teléfono en sus manos y dispuesta a realizar la llamada, se detiene al escuchar de nuevo el timbre, por lo que de nuevo suspira cansada y arrastra los pies hasta la entrada.

AUSENCIA (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora