🍃Hasta siempre, amor mío

362 50 24
                                    

Noche vieja

Sería una noche vieja inolvidable para Sakura, pero no en el buen sentido de la palabra, sino todo lo contrario, iba a ser una fecha que perduraría en su memoria para los restos.

*

Se levanta temprano, pues ha pasado muy mala noche dando vueltas en la cama y solo desea escapar de las cuatro paredes de la habitación para invitados que le han ofrecido su suegro y cuñado. Se dirige a la cocina para preparar el desayuno, es lo mínimo que puede hacer después de que la hayan acogido en estos momentos tan duros para todos. Prepara café y pancakes, todavía no sabe si Mikoto se levantará de la cama, todavía no la ha visto y no sabe cómo se encuentra su suegra, pero sin duda será un duro momento que tendrá que afrontar para confortarla.

*

—¿Qué haces levantada, Sakura?, necesitas descansar —la voz de Itachi la sorprende a sus espaldas.

—¡Oh!, buenos días, Ita. No te preocupes, no podía dormir, de hecho, no he podido hacerlo en toda la noche. ¿Cómo estás? —Itachi suspira con innegable cansancio.

Unas pronunciadas ojeras enmarcan los ojos del moreno, siendo señal que también lo está pasando muy mal, pero aún así, sigue manteniendo la compostura frente a ella, no quiere que lo vea derrotado.

—E.. estoy bien, eres tú la que me preocupa, ayer apenas cenaste y... —Sakura le sonríe tristemente.

—No sufras por mí, de verdad, suficiente estáis haciendo al acogerme y otorgarme todo el apoyo que necesito, además, ya sabes lo que tu padre y yo opinamos al respecto, hasta que no veamos el cuerpo de Sasuke, no lo daremos por muerto —Itachi se muerde la lengua, le gustaría darle la razón, pero  está convencido que su hermano murió en esa emboscada.

*

Diez minutos después, Fugaku aparece en el salón, trayendo a una desolada Mikoto agarrada por la cintura, la pobre apenas se mantiene en pie, lleva días sin probar bocado y se nota que ha perdido peso, sin contar el aura de incomensurable tristeza que la envuelve.

—Buenos días —saluda escuetamente, Fugaku.

Sakura hace una ligera reverencia y seguidamente sirve el desayuno con la ayuda de Itachi. Los cuatro se sientan en la mesa y ninguno se atreve a abrir la boca por miedo a meter la pata o decir algo inadecuado, pero Mikoto termina por romper el angustioso silencio.

—Mi Sasuke... ¿cuándo nos entregaran su cuerpo para darle uns digna sepultura?. Necesito tenerlo aquí con nosotros, porque aunque no sea de cuerpo presente, por lo menos sentir cerca su alma —Sakura retiene las lágrimas a la vez que traga con dificultad un pedazo de pancake.

—No lo sabemos, Mikoto, supongo que ya nos avisarán —es todo cuanto puede contestarle su nuera.

—Me hubiera hecho tan feliz que por lo menos me hubierais dado un nieto... y sé que nadie sustituye a nadie, pero habría sido como tener in pedacito de Sasuke entre nosotros —musita Mikoto sin levantar la vista del plato.

—Ese era el deseo de Sasuke antes de partir, pero por desgracia ya no podremos hacerlo realidad —Sakura responde con gran pesar y recordando la última vez que estuvieron juntos.

El silencio regresaala mesa, hasta que el timbre de la entrada lo trunca e Itachi es quien se levanta para caminar hacia la puerta.

*

—Hola, Itachi. ¿Se encuentra aquí nuestra hija? —Sakura se levanta deprisa para ir a recibir a sus padres, pues con tanto lío en su cabeza, no recordaba que llegaban hoy.

—¡Mamá! —exclama Sakura mientras se lanza a sus brazos.

Mebuki le corresponde con fuerza y Kizashi se une a ellas, por lo que la pelirrosa no tarda en romperse, sus suegros e Itachi la han apoyado, pero nada comparado con el calor de los padres.

AUSENCIA (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora