🍃Recuerdos

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Mikoto despierta al cabo de una hora, y aturdida, parpadea hasta que toma conciencia que su hijo menor sigue con vida. Poco a poco se levanta y se acerca a él, para inmediatamente abrazarlo con fuerza y tantear cada parte de su cuerpo.

—S... Sasuke, mi vida. ¿Dónde has estado todo este tiempo? —pregunta una vez se separa de él.

—Es largo de contar, mamá. Cuando llegué a la base militar de Hong Kong, todo parecía normal, pero al día siguiente nos atacaron los aviones norteamericanos y todo se volvió caótico. Mataron a muchos compañeros, y entre ellos, a Utakata, uno de los sargentos. Su cuerpo fue el que Sakura e Itachi vieron en la morgue, pues nos parecíamos mucho físicamente y eso los llevó a confudirnos, claro que, el médico forense de buen seguro estaba sobornado. A mí me apresaron y me han tenido encarcelado en una cárcel clandestina durante todo este tiempo —Mikoto se cubre la boca con ambas manos.

—Dios mío... ¡malditos bastardos!. Pero... ¿y si vienen a por ti? ¿y si de nuevo te llevan preso? —Fugaku la interrumpe al instante.

—No sufras, querida. Yo mismo me pondré en contacto con la embajada japonesa y explicaré lo sucedido. Nuestro hijo fue secuestrado y encarcelado, y no solo eso, sino que suplantaron su identidad para hacernos creer que había muerto en combate, te aseguro que pagarán por ello, además, él ya estaba retirado cuando le exigieron partir a esa misión, razón de más para que todo salga como es debido.

—Así lo espero, papá —Sasuke suspira sin tenerlas todas consigo.

Fugaku se levanta para ir de inmediato a realizar esa llamada, tiene contactos influyentes y está convencido que podrá solucionar todo el asunto. Entre tanto, Mikoto se queda en el salón con Sasuke y el tema de Sakura e Itachi sale a relucir.

*

—Aam... ¿has ido a ver a Sakura? —pregunta con cautela, Mikoto.

—Sí  —su madre suspira al ver la enorme tristeza que refleja el rostro de su hijo predilecto.

—No la juzgues, por favor. Ella creyó que estabas muerto y tu hermano tan solo le brindó el máximo apoyo, jamás imaginamos por lo que estabas pasando —Sasuke derrama amargas lágrimas mientras aprieta los puños sobre su regazo.

—Lo sé, e intento que no me afecte, pero no puedo, mamá. Sakura ha estado en mis pensamientos día y noche, le escribí una carta cada semana aún sabiendo que no llegaría al destino, pero jamás perdí la esperanza de ser encontrado, ahora... siento que todo ha sido en vano, ella ha rehecho su vida, ha rehecho su vida con mi hermano...

Mikoto vuelve a abrazarlo y ambos terminan sollozando, es una situación complicada y difícil de sobrellevar, sin embargo, su madre le da el mismo consejo que Fugaku.

—Las cosas se solucionan hablando, hijo, pero... ahora ellos están muy enamorados y son felices, y con eso no pretendo decir que ella haya dejado de amarte, pero al darte por muerto, supongo que el amor que os tuvistéis solo permanece en sus recuerdos —Sasuke se enjuaga las lágrimas antes de hablar de nuevo.

—Soy conciente de ello, mamá. Es por eso que he tomado una decisión. Voy a dejarles el camino libre, quiero que Sakura sea feliz, y aunque me duela en el alma saber que ahora su corazón pertenece a Itachi, me mantendré al margen, pero..., no quiero renunciar a Sarada, ella es sangre de mi sangre y quiero hacerle de padre —Mikoto sonríe tristemente al observar la serenidad con que su hijo afronta la situación.

De repente, Fugaku irrumpe en el salón trayendo buenas noticias.

—Ya he hablado con el embajador. Hoy mismo los responsables serán detenidos y puestos a disposición de un tribunal militar, también el médico que hizo la autopsia, pues al parecer, fue sobornado para hacernos creer que el sargento Utakata era nuestro hijo. Ya no tienes que sufrir más, Sasuke, estás a salvo y jamás tendrás que regresar al ejército.

AUSENCIA (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora