AUSENCIA (TERMINADA)

🍃Amarga Navidad

Víspera de Navidad; por la mañana

Hace unos días que la ciudad de Tokyo fue atacada por un escuadrón de aviones norteamericanos, los cuales pillaron por sorpresa a los japoneses, y aunque no fue una invasión con carácter sangriento a lo referente para la población civil, sí hubo bastantes bajas y pérdidas cuantiosas en fábricas y grandes almacenes. Fue por ello, que Sakura tuvo que doblar turno de nuevo para poder  ayudar en todo lo posible en el hospital, y no solo eso, sino que su angustia al pensar que Sasuke muy pronto tal vez fuera a dejarla para irse a la batalla, la sumieron en una desesperación absoluta.

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Una semana después

Sakura y Hinata toman café en el bar del hospital antes de iniciar su jornada, las cosas ahora están más tranquilas.

—¡Alegra esa cara, Saku!, andas todo el día como alma en pena. ¿Sigues preocupada por la posible marcha de tu esposo, verdad? —Sakura asiente con gesto preocupado ante la pregunta de Hinata.

—Después del ataque sorpresa perpetrado por Estados unidos, no creo que tarden mucho en reclutarlo. Tengo miedo, Hina, mucho miedo... —la azabache agarra  las manos de su amiga y le transmite fuerza.

—Sé que por mucho que te diga, no puedo ponerme en tu lugar ni en tu mente, pero pase lo que pase, aquí me tienes, si yo estuviera en tu lugar, me sentiría igual o peor —Hinata intenta consolarla.

—Lo sé, pero no es lo mismo, ya sabes que a Naruto no volverán a mandarlo a la guerra, con la protésis sería impensable —Hinata asiente tristemente dándole la razón.

El rubio perdió un brazo en su última misión antes de todo este caos, pues una granada explotó a pocos metros de dónde se encontraba y llegó a alcanzarlo, pero por lo menos seguía con vida.

—Lo siento  Hina, no quería decir eso, bastante mal lo pasaste cuando ocurrió el fatídico accidente —Hina sonríe tristemente.

—No te preocupes, poco a poco lo estamos superando. Solo quiero que tú estés bien, ya verás como la guerra pronto pasará y Sasuke no tendrá que irse —ambas amigas se sonríen cómplices y se abrazan cuando se levantan de la mesa.

*

La mañana ha transcurrido lenta y aburrida , pues al ser Nochebuena, la gente está comprando comida para las cenas familiares y ultimando detalles, es por eso, que Sakura abandona antes el hospital y rápidamente se dirige a casa, pues también debe preparar algunas cosas.
Llega apresurada a la puerta y mete la llave, pero se sobresalta al encontrar a Sasuke sentado en el sofá, con la mirada fija en la pared y el rostro notablemente ensombrecido.

*

—Cariño... ¿qué haces aquí?, no te esperaba hasta la noche —Sasuke la mira por unos instantes y se levanta antes de contestarle.

—Tenemos que hablar... —Sakura traga grueso, ese tono y esa frase le hacen temer lo peor.

—¿Q... qué ocurre, Sasuke?.

—Antes de nada, quiero que sepas que me he visto obligado, no me han dado opción —el azabache tantea el terreno.

—¿De qué estás hablando, Sasuke? ¿no me digas, que...?.

—Así es, mañana por la mañana pongo rumbo a Hong Kong, desde allí prepararemos una ofensiva para devolverles el golpe a los anericanos. Lo siento, mi vida, pero de no acudir podrían arrestarme por desacato a mis superiores —Sakura se queda muda a la vez que un incontrolable temblor sacude su cuerpo.

—L... lo sabía, he intentado imaginar todos los escenarios posibles, pero al final el peor de ellos se ha hecho realidad —Sasuke se acerca a ella y la abraza con fuerza.