🍃De vuelta a casa

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Sasuke sigue corriendo sin detenerse, el tiempo apremia pero sus piernas flaquean, la desnutrición y falta de ejercicio después de tanto tiempo le están pasando factura, pero le pueden más las ganas de regresar a su hogar y al lado de su amada...

Tropieza un par de veces, su respiración es acelerada y el bombeo de su corazón le indican que está al límite, sus párpados se cierran por el cansancio, pero los ladridos de los perros a lo lejos le obligan a levantarse y seguir adelante, ya está cerca de llegar al puerto, apenas se encuentra a dos kilometros, y una vez llegue allí, todo será pan comido.

—Tengo que resistir...—murmura quejumbrosamente mientras logra ponerse de pie.

De nuevo acelera el paso, pero con la poca visibilidad que tiene debido a la oscuridad, no ve una enorme piedra que se cruza en su camino, con la que de nuevo tropieza y termina cayendo por un terraplén. Su cuerpo queda tendido boca arriba en medio de la hojarasca, está aturdido y le es imposible levantarse, mientras que los ladridos de los perros cada vez suenan más cerca. Es el fin, lo encontrarán y de nuevo lo encerrarán en esa horrible cárcel clandestina, o mucho peor, le harán pagar su fechoría y seguramente le darán muerte.

—Te amo, Sakura... —susurra antes de perder la conciencia.

*

Unas horas más tarde, abre los ojos despacio y ha perdido la noción del tiempo, apenas recuerda lo sucedido, es entonces, cuando los primeros rayos de sol le obligan a cubrirse los ojos con el antebrazo, huele a tierra y húmedad, por lo que lentamente ladea el rostro y se percata que se encuentra en el centro de un enorme agujero, una especie de trampa para osos. Se incorpora dolorido y suspira al recordar, al recordar su fuga y la posterior persecución, no sabe ni cómo ni por qué, pero está a salvo...

Cuando logra ponerse de pie, intenta escalar para lograr salir del hoyo, pero es inútil, la tierra está enfangada y resbaladiza, por lo que cada intento es en vano, tal vez habría sido mejor que le hubiesen encontrado, pues si no ocurre un milagro, terminará muriendo de hambre, sed y cansancio.

•●•●•●

Tokyo

Los lloros de Sarada despiertan a la pareja, la cual se haya cómodamente abrazada entre la cálidez de las sábanas. Sakura hace ademán de levantarse, pero Itachi la detiene y lo hace en su lugar.

—No te preocupes, yo me encargo. Estás agotada y necesitas descansar —Sakura no puede tener más suerte.

—Es fin de semana, tú tambien necesitas descansar, Ita, no quiero que me consientas tanto —el azabache la besa dulcemente e ignora sus palabras, pues rápidamente acude a buscar a la princesita.

A los cinco minutos regresa con ella y la coloca en el medio de la cama,  entre su cuerpo y el de Sakura. La niña balbucea encantada, ellos se miran y la admiran, sin duda no pueden estar más felices.

Si supieran que Sasuke se encuentra en una situación totalmente opuesta...

*

A media mañana, Mikoto y Fugaku vienen a visitarles, la azabache está encantada con su nieta. La sostiene en brazos mientras recuerda la niñez de su querido Sasuke, se parecen tanto que no puede evitarlo, una mueca triste aparece por unos instantes, pero las monerías de la niña enseguida le devuelven la sonrisa.

—¿Podríamos llevarnos a Sarada a dar un paseo? —pregunta esperanzada, Mikoto.

—Claro que sí —afirma Sakura.

Itachi les prepara una canastilla con todo lo necesario y enseguida sus padres se la llevan por un rato, por lo menos para que la pareja pueda tener unos momentos a solas. Sakura suspira a la vez que Itachi la acuna contra su pecho, están tan pendientes de ella, que apenas pueden dedicarse algo de tiempo, solamente a la hora de acostarse, pero él está tan cansado de trabajar y ella de las labores y el cuidado de la pequeña, que el sueño les vence con tan solo tumbarse en la cama.

AUSENCIA (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora