Un joven adulto regresaba de la escuela que tanto detestaba hasta llegar a darle miles de jaquecas, siempre lo molestan por su altura diciéndole poste, su lengua siendo muy larga, sus ojos al ser blanco haciendo pasar por ciego, en pocas palabras, dé toda su personalidad y cuerpo, pero tal vez podría cambiarlo, ya ha violado a muchas personas que lo molestaron y acabaron bastante mal con una apuñalada o sobredosis de droga que le iban a dar a él, dejó su bolso de mala gana en el suelo, no estaba del mejor humor ese día, ese había sido el peor de todos modos. Comenzó con su erección, luego atragantarse con el desayuno, le pintaron la cara por haberse dormido, lo emboscaron los nuevos por creerle un matón solitario, por poco lo atropellan y estuvo apunto de perder el autobús. Así que tomó una decisión, gracias a un “amigo” para que le conseguiría a un demonio vengativo, sacó el papel de color marrón claro para leerlo.
— Tengo las velas negras, un perfecto lugar donde poner el símbolo y sangre... Espero y funcione que si no habré perdido el tiempo — Soltó muy molesto el joven adulto, de verdad no era su día.
Fue a su habitación, cerró la ventana junto con las cortinas de color negro, sacó un frasco de sangre de su bolsillo, colocó las 12 velas negras en un círculo, de esa empezó a colocar la sangre haciendo un círculo con una estrella colocando una sonrisa perturbadora en el centro, encendio las velas y tomó el trozo de papel donde se encontraron las palabras escritas en rojo, las pronunció de la misma forma, lenta e gravemente.
Las velas empezaron a derretirse cuando pronunció por tercera vez, la cera líquida empezó a reemplazar el lugar donde estaba la sangre, en el momento en que el fuego se deciso con las velas, la cera terminó de ponerse en el lugar de la sangre, el joven adulto cerró los ojos y esperó hasta que algo le tocó el hombro, se había sentido como algo afilado, espero otros segundos para luego mirar quién lo había tocado, viendo así un ser hecho de sombras sin tener cuerpo, solo unos ojos rojos con una sonrisa, lo que le había tocado provenía de alguna parte de su cuerpo, esa se regresó cuando vió a su invocador verlo.
— ¿Que es lo que desea, amo? — Dijo con una voz joven pero cerca de la adultez.
El invocador entendió algo, estaba en frente a un demonio que haría lo que deseaba a cambio de su alma.
— ¡¡¡Que carajo!!! — Soltó tras captar lo que había invitado — ¡¡¡Este era el ritual erróneo!!! — Agregó agarrándose la cabeza, supo que una vez que lo invocas no lo puedes regresar hasta darle lo que quiere.
El demonio miró a su alrededor para así adaptarse.
— ¿En qué año estamos? — Preguntó a su invocador mientras seguía mirando su alrededor con algo de curiosidad.
— Arg... — Le respondió su amo bastante estresado.
El invocador llamó en su celular al que le había recomendado ese ritual y demonio, por obra de la molestia no pudo esperar que lo dejará esperando hasta que finalmente contestó.
— ¿Piconjo, que pasá? — Preguntó una voz femenina al otro lado de la line telefónica.
— Hija de la Gran puta. Me diste el maldito ritual erróneo — Le respondió de mala manera.
— Espera. Creo que te di el ritual de corrupción y no el vengativo… — Dijo tímidamente, pero al mismo tiempo burlonamente la chica por haberse equivocado, a propósito.
— No quiero hablar contigo hasta que se me pase el enojo — Suspiró molesto el jóven llamado Piconjo.
— De acuerdo, nos vemos el lunes… — Se despidió la chica que colgó sin esperar respuesta.
El demonio empezó a tomar la forma de un chico de baja estatura con la misma sonrisa, unas garras igual de afiladas viéndose la sangre que estaba en las puntas de sus dedos.
— ¿Entonces, que deseás? — Preguntó en un susurro.
— Que te vayas, aún que eso sería imposible sin tener que arriesgar mi alma — Le respondió molestó mientras se sentaba en su cama — Primero lo de la escuela y ahora mi ritual resulta ser el equivocado — Agregó quejándose mientras se tomaba la cabeza.
— ¿Quieres que los maté? — Preguntó el demonio disfrutando del enojo de su ahora amo.
— Y arriesgar mi alma. No gracias — Le respondió, se levantó de su asiento para ir tomando sus cosas, quitó el ritual y se acostó de cara en la cama.
— Genial, tengo que quedarme contigo ahora — Reprochó molesto el demonio, se hizo humo y fue bajo la cama de su amo.
— Ni me molestó en decirte algo, demonio — Dijo mientras se arropaba.
— Evil... — Le corrigió el demonio que frunció el seño molesto por esa falta de respeto — Llámame Evil, no estoy interesado en saber cómo te sientes, Piconjo — Dijo sacando su mano de la cama para dormirse, viajar del mismo "infierno" para llegar al mundo humano, era sumamente agotador.
— Y yo ya se quién eres, Piconjo… — Le reprochó molesto, miró arriba del techo para dormirse sintiendo como le golpearon debajo de la cama.
Se durmió inmediatamente ignorando la existencia de que tenía literalmente un demonio debajo de su cama, le importo una mierda la existencia de ese ser, el cuál se había dormido debajo de la cama, dejando fuera de esta su mano.
Quien diría que ese pequeño error, los ayudaría a cambiar. Pero ese proceso tardaría un poco en dar sus primeros pasos, supongo que esos dos no se llevarán muy bien a la primera que se hablaron, pero ya que, la vida de ellos es la vida de ellos, ¿Que se le va hacer que luego de unas semanas se cayeran bien...?
O tal vez pase...
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«Ritual Erróneo» Piconjo X Evil Boyfriend
RandomLas velas encendidas, el símbolo hecho de sangre fresca, un muchacho muy cerca de la adultez miraba la nota pronunciando las palabras, con el resultado de que las velas se apagarán apesar de que la única ventana estaba cerrada. - ¿Que es lo que dese...