«Capítulo 8»

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Piconjo apesar de estar durmiendo, logró sentir claramente algo arder a su lado, fue abriendo los ojos, aún que tardó un poco por la iluminación del Sol, había olvidado cerrar la ventana junto a las cortinas, se levantó mientras se quejaba entre dientes, pues la iluminación lo puso con algo de mal humor, cuando recordó el ardor miró rápidamente de dónde provino, se dió cuenta de que Evil estaba ardiendo, con cuidado de no despertarlo le tocó la frente, probablemente al olvidar cerrar la ventana, por obra del frío de la pared junto con el frío del viento entrando por la ventana, hizo que Evil tuviera fiebre sumando de que había llovido mucho últimamente, por unos segundos se sintió un poco tonto en olvidar cerrar la ventana, sacudió su cabeza sacando un par de pensamientos para levantarse con cuidado de no despertar a su acompañante, cerrar las ventanas juntó con las cortinas.

Miró nuevamente a Evil, logró ver que el pequeño demonio estaba sudando por obra del calor de la fiebre, de paso que le costaba dormir, miró su teléfono para ver las notificaciones de la escuela, para su sorpresa, por obra de la lluvia, la escuela se inundó, ahora estaban reparando los agujeros y sacando el agua, iba a guardar su teléfono, aún que apenas iba a meterlo en su bolsillo de la pillama, miró a Evil acto seguido un suspiro largó.

Las cosas que hago por tí... Pensó Piconjo para encender su teléfono, escribió en internet "Cómo tratar con la fiebre", apenas lo buscó por unos segundos, encontró las indicaciones eran muy sencillas, pero tenía un poquito de miedo de que a Evil no le hagan efecto, trás saber que era un demonio, se dió una cachetada mental para sacar los malos pensamientos.

— Bien, a preparar una sopa y trapos fríos... — Se dijo que en voz alta, camino para salir de la habitación y en poco tiempo llegar a la cocina.

Buscó los ingredientes necesarios, al igual que la molde para colocar el agua con hielo, obviamente ya tenía los trapos a mano, empezó a cortar los ingredientes mientras calentaba el agua para preparar la sopa.

* ·•· * ·•· * ·•· * ·•· * ·•· *

Le tomó un poco de tiempo, ahora estaba dejando que la sopa reposará, tomó con cuidado la garra de agua con hielo junto los trapos, camino en silencio hacía la habitación, una vez terminó de subir las escaleras, escuchó la puerta de su habitación abrirse lentamente, de esa misma se asomó el demonio que ahora estaba esforzándose por caminar.

— ¿Piconjo…? — Dijo antes de casi desplomarse contra el suelo, afortunadamente Piconjo actuó rápido para tomarlo.

— Evil, debes descansar — Le reprochó de forma suave, le aliviaba bastante de que la garra con hielo no se cayera por el movimiento tan rápido.

— Esto no es nada im- — Se quiso excusar pero la voz de Piconjo lo interrumpió.

— Cállate... — Le dijo como una orden, mientras lo guíaba delicadamente hacía el dormitorio.

Evil como le ordenó Piconjo, se mantuvo callado, de una manera algo brusca, Piconjo colocó a Evil nuevamente a la cama.

— Cuando baje un poco la fiebre te vas a dar una ducha — Dijo Piconjo mientras se sentaba acto seguido tomaba un trapo frío.

— Piconjo... — Fue lo único que soltó Evil, pudo ver y sentir como el nombrado le puso el trapo frío en la frente con delicadeza.

— No digas nada hasta que te mejores, iré a la cocina un momento — Le dijo para levantarse e salir del cuarto.

Luego de unos minutos de silencio, Piconjo regreso con un plato de sopa caliente, el olor hacía que Evil babeara un poco, antes de si quiera tocar el plato de comida caliente, Piconjo le cambió el trapo para tomar el plato.

— ¿Que importa que te de comer? — Le pregunto avergonzado con el plato y cuchara a mano.

Piconjo estaba pensando que Evil se iba a negar, aún que vaya sorpresa fue lo que escuchó.

— Si, por favor... — Sinceramente, era la primera vez que Evil decía "Por favor"

Piconjo se sintió algo nervioso, con cuidado alimentaba a su demonio, que al parecer estaba muy feliz de comer. Eso le daba ternura de cierta forma, apesar de la forma espeluznante, la forma de tratar a las personas o como lo trataron, seguía siendo adorable para sus ojos, mientras que Evil se sentía feliz, pues un momento así con alguien para el era casi nulo, pero amaba sentir cariño, amaba las comidas humanas, estaba empezando a creer que no todos los seres humanos no eran tan malos, aún que en el fondo no quisiera admitirlo, se estaba enamorando de su dueño, hubieron veces que pensaba inadecuadamente con solo verle el rostro. Cuando menos se dió cuenta, había terminado de comer, eso lo hizo sentir mal, aún que le gustó mucho el sabor de la sopa.

— Se notaba que tenías mucha hambre... — Dijo burlonamente Piconjo mientras miraba el plato vacío.

— Si... — Soltó Evil, se quedó mirando la mano de Piconjo fijamente e disimuladamente.

— Espérame un momento — Avisó Piconjo para nuevamente irse del cuarto.

Para los ojos de Evil fue algo repentino, sintió rápidamente una sensación de soledad, una sensación que siempre estuvo sintiendo por varios años, esa sensación solía reaparecer cuando veía que Piconjo se iba por al menos un momento. Solo había una palabra con la cuál estaba más ligada esa sensación, era horrible. En menos de un momento sintió algo líquido caer de sus mejillas, se tocó con la yema de sus dedos para ver qué era ese raro líquido, y en efecto, estaba llorando.

Probablemente al estar muy enfermo me hace más sensible Pensó Evil, aún que intentará quitarse de encima las lágrimas, solo seguían cayendo hasta que finalmente se dió por vencido en quitarse esas lágrimas. Tras solo unos 15 minutos, Piconjo regreso viendo inmediatamente a Evil llorar, se le acercó para intentar saber por qué lloraba, en un principio se extrañó el por qué estaba llorando, aún que se dió cuenta de que tal vez la fiebre lo hizo más sensible.

— Perdón por tardar... — Soltó sin pensar, al entender que dijo miró a otro lado.

Evil simplemente siguió llorando, ahora lo estába haciendo de una manera más calmada, pues el sentimiento de la compañía de su dueño lo hacía sentir más seguro y tranquilo.

— Te amó... — Dejó escapar de sus labios para caer dormido, al estar muy agotado por obra de su fiebre.

Esa oración la escucho Piconjo, al ver que cayó dormido, por un momento se sintió inseguro por lo que iba a decir, aún que solo sonrió y le susurro suavemente.

— También te amó... — Al dejarlo salir se sintió alividado.

Ahora estaba claro lo que sentían ambos, se habían enamorado…

«Ritual Erróneo» Piconjo X Evil BoyfriendDonde viven las historias. Descúbrelo ahora