Prologo

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- ¡Mamá, mamá! - exclamé bajando las escaleras apresurada - mamá llegaremos tarde

- Tranquilízate, Alice - me respondió mi madre frenando mi salida al jardín - Vamos bien de tiempo

-   Mamá, llevó esperando un año entero a que llegara este día, ¿te imaginas que algo no salga como le he planeado?

-   Amor, es mejor que aprendas desde niña que las cosas por mucho que las planees no suelen salir como tú lo esperas

Analicé sus palabras pero no les hice caso. Scorpius y yo llevamos planeando todo lo que haremos en Hogwarts desde que tuvimos conciencia para saber que iríamos en algún momento.

Así que las cosas saldrán bien.

Siempre que estamos juntos todo sale bien.

•••

Llegamos a Kings Cross a las once menos cuarto. Papá cruzó la calle a toda pastilla para hacerse con un carrito para cargar el baúl, y a la estación.

Íbamos un poco justos de tiempo, pero andábamos como si el tren fuera a esperar por nosotros, mi madre siempre dice que no se puede perder la compostura.

No era la primera vez que venía al andén, pero nunca había subido al expreso de Hogwarts. La dificultad estaba en llegar al andén nueve y tres cuartos, que no era visible para los ojos de los muggles. Lo que había que hacer era atravesar caminando la gruesa barrera que separaba el andén nueve del diez.

Los muggles siempre nos miraban, comprensible teniendo en cuenta que no es común ver lechuzas encerradas en jaulas, ni en mi caso, llevar a un peludo gato blanco en los brazos de una niña de 11 años en vez de ser transportado en una jaula

La plataforma se encontraba cubierta de humo blanco, a causa del Expreso de Hogwarts. Y también estaba llena de gente, familias acomodadas alrededor en grupos que se despedían con cierto trabajo de sus jóvenes integrantes.

-   ¿Siguen aquí? No los veo - dije poniéndome en puntillas para tratar de localizar a alguien conocido por encima del mar de personas y la capa de humo.

-   Están por allá - dijo mi padre señalando a la esbelta figura de mi tía Rose con su larga cabellera pelirroja que nos agitaba una de sus manos

Caminamos con dificultad, ya van tres veces que unos chicos me chocan, parece como si tuviera puesta una capa de invisibilidad, y eso hacía que Pelusa, ni gata, se revolviera incómoda e intentará escapar, digamos que no es la gata más social que he conocido.

-   Parece que la parte de llegar puntual no la entendieron bien - dijo mi tío Draco nada más llegar junto a ellos

-   ¿Acaso se ha ido? - le preguntó mi madre señalando la locomotora escarlata con su mano izquierda - Sigue ahí ¿verdad? - mi tío asintió estresado - Pues entonces estamos en buen tiempo

Yo reí por lo bajo.

Mamá y el tío Draco siempre se estaban molestando, y en más de una ocasión, la tía Rose, tuvo que hacer gala de su extremada paciencia, para hacer de mediadora.

-   ¿Dónde está Scorpius? - pregunté al no verlo cerca

-   Subió ya al tren - me contestó la tía Rose

Eso no puede ser.

Me prometió que me esperaría.

Dijo que lo haríamos juntos.

-   Seguro te está esperando dentro - agregó la pelirroja al ver la decepción en mi rostro

-   Sí, ya lo buscaré - traté de no sonar triste

Mi mamá me abrazó y en cuanto mi padre subió el baúl se apresuró a unirse al abrazo familiar.

-   Te extrañaré mucho, princesa - me susurró mi papá besándome en la frente - Recuerda que te amamos

-   ¡Ey! No llores - dijo mamá limpiando la lágrima que se deslizó por mi mejilla, nunca nos habíamos separado - ¿Estás lista para iniciar la mayor aventura de tu vida? - asentí dubitativa - Esa no es una buena respuesta, te volveré a preguntar: ¿estás lista?

- ¡Sí! - exclamé

- Y recuerda que si en algún momento te sientes triste, Pelusa está contigo - dijo acariciando a mi gata - Cuídala mucho, ahora ella es tu responsabilidad - le pidió como si el animal le fuese a responder con palabras

En ese momento las puertas de los vagones delanteros se comenzaron a cerrar y después de despedirme de mis padres y que mis tíos me desearan buena suerte subí al último vagón y los miré por última vez antes que las puertas se cerraran.

-   ¡Alice! - volteé con una gran sonrisa hacia el chico de cabellos tan rubios que parecía plateado, haciendo una combinación perfecta con sus ojos color mercurio, mi mejor amigo... bueno, el único que he tenido, estaba sentado en el compartimiento que tenía en frente

-   Scorp - murmuré sonrojada mientras apretaba a Pelusa contra mi pecho, desde que él había vuelto de su primer año en el colegio conseguía ponerme muy nerviosa con su sola presencia

Noté que no estaba solo en el compartimiento. Un chico de pelo negro azabache desordenado, de cara delgada y estatura baja, con unos brillantes ojos verdes lo acompañaba.

-   Lo siento por no esperarte en el andén, en verdad lo olvidé - se veía avergonzado

-   No pasa nada - respondí restándole importancia en otro murmullo

-   Mira, él es Albus, mi mejor amigo - señaló al pelinegro

Sentí una opresión en el pecho desconocida hasta este momento.

Hice un gesto de cabeza a modo de saludo.

-   Ella es Alice, ya te había hablado de ella ¿recuerdas?

-   Oh si, el curso pasado la nombrabas casi todos los días - respondió el chico haciendo que una pequeña sonrisa de felicidad se instalaran en mi rostro.

-   No te quedes ahí... - comenzó a decir mi amigo pero un empujón que causó que Pelusa cayera de mis brazos y soltara un gruñido me desestabilizó

-   Chicos, los he estado buscando, tengo algo muy importante que decirles - le escuché decir a una chica

-   Ho...hola, Rose - escuché como Scorp tartamudeaba

Y como si fuese invisible, la chica cerró la puerta del compartimiento en mi rostro, lo último que vi fue su larga y enmarañada cabellera pelirroja.

Así que ella era Rose, la niña a la que Scorpius siempre nombraba en sus cartas, y ese, el hijo de Harry Potter.

•••

Caminé por el desierto pasillo del último vagón buscando un lugar donde sentarme. Pase frente a varios compartimiento, pero todos estaban ocupados por chicos mayores, y eso me intimidaba, no fue hasta después de casi diez minutos que encontré uno vacío y ahí me quedé...

Sola... bueno no tanto, Pelusa siempre me acompañaba.

No estaba siendo como tanto lo planeé, me imaginaba sentada junto a Scorpius, que me contaría todos los lugares del colegio, que me animaría a quedar en Slytherin para que no nos separáramos, pero no fue así.

No fue como me lo imaginé.

Pero las cosas mejorarán.

O eso me repetía mientras las lágrimas caían por mis mejillas, nunca me había gustado la soledad.

Alone (Scorpius Malfoy) Traidora Temp 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora