serás mi mujer

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La campanilla resonaba por la brisa de verano y la pequeña Kaede guardaba silencio observando como Sakura acomodaba su cabello con tenazas calientes con una increíble habilidad.

—¡Increible Sakura one-san!—exclamó asombrada.

—Tú también podrás hacerlo algún día kaede—respondió Sakura con una dulce sonrisa.

La chica tomo un poco de pinta labios y dio los últimos retoques, Kaede con seguía cada movimiento con sus mejillas rosadas de ilusión. La joven prometida hizo un ademan a la muchacha y esta se acomodó para que sakura le peinara:

—Deberás comportarte frente al hermano menor de Itachi-san, ya que él te ha escogido para que algún día puedas casarte con él.

Kaede asintió nerviosa, Sakura la peino con dulzura y luego pinto levemente sus labios.

—Bien, ya pronto llegará el carruaje por nosotras. Ve y apaga el fogón de la cocina y deja las patatas en agua fría— Ordeno Sakura poniéndose de pie.

Kaede salió de la habitación obedientemente mientras Sakura leía un periódico algo inquieta, buscaba alguna información, pero la campana de la entrada sonaba. El cochero había llegado por ellas. Cuando ya iban a arriba kaede sólo miraba por las ventanillas con sus ojos llenas de expectación. Sakura parecía bastante pensativa.

Itachi caminaba con su hermano entremedio de las luces, olores y música de los puestos del festival del festival de tanabata. El periodo de entreguerras en Japón, el 07 de Julio de 1924, a casi un año del terrible terremoto de kanto y sus consecuencias, el país se ponía de pie lentamente, era casi un milagro que aquel festival se celebrase, además de los rumores de guerra desde occidente golpeaban al ejercito Japones como una marea de temores:

—Kawasaki ya es una ciudad—Mencionó Sasuke caminando tras su hermano.

—Sí, se ha vuelto una zona muy poblada de seguro la región completa será enorme en un futuro. Tu yo construimos ese futuro Sasuke, no lo olvides.

—Claro, la casa que compraste queda cerca del rio Tama ¿verdad?— preguntó intentando de cambiar de tema.

Itachi tenía un fuerte sentimiento de patriotismo y justicia, era capaz de dar su vida por la nación, aquel compromiso es que había generado un ascenso tan rápido hasta llegar a ser ascensor del ministro del interior Matsukata, sin embargo, esto le acompañaba un nivel de exigencia superior. Sasuke, en contraste de su hermano mayor, creía en su nación, pero la infancia tan distinta a la de su hermano lo convirtió en seguidor secreto del socialismo de kason. Conocer a su joven amiga le había demostrado una cara cruda del Japón de la era Taisho.

—Sí, los cuarteles generales están cerca. Podrás ver a tus amigos seguidos y yo podré monitorear tus actividades. Mi prometida es una devota ama de casa, sólo sale al mercado y a cosas relacionadas al hogar. Será algo aburrido para ti, esta misión será fácil ahora que terminaste la academia militar—Itachi hablaba bastante emocionado, lo cual le causaba gracia—Cuidala bien.

—Sí, tranquilo. En tanto respetes mi día libre estará bien. recuerda que debo encontrar a una persona.

Itachi sonrió algo agotado.

—Shisui y Kakashi me hablaron de la obsesión que tienes por una huérfana de Sakata. Entiendo que vivir en ese lugar fue difícil, pero debes dejar atrás el pasado. Tal vez esa muchacha ni siquiera está viva—aconsejó Itachi.

—No digas eso, ella es muy fuerte. Sólo espero que no haya debutado, la última vez que supe de ella, había sido comprada por un burdel.

—Esa zona fue muy golpeada en el terremoto y el incendio. Muchas jóvenes huyeron fueron muy pocas las que se quedarán junto a sus Oiran—Explicó Itachi, sasuke bajó la mirada, aquel tema lo ponía un tanto ansioso, pues hace mucho que supo que la "cerezo del chamisen" ya no estaba en el Akabeko— ¡ha mira, allí están!

El guardaespaldas de la prometidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora