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tanto calor... cuando taehyun salió esta mañana junto a su perro, nunca creyó que tendría que saltarse el almuerzo porque el inquieto maltés quiso escaparse de su correa. había abusado de su confianza y se burló de él en su propia cara.
ahora estaba recorriendo la ciudad en su búsqueda. estaba decidido y no volvería a casa sin su pequeño, primero se saltaría todas las comidas del día y dormiría en la calle... bueno... quizás no tanto, pero se esforzaría al máximo para encontrarlo.
siente que ha perdido todas las esperanzas y está a punto de echarse a llorar debajo de un árbol como en una película hasta que cree estar alucinando. quizás se esté volviendo loco... no... ese que está revolcándose en los brazos de un desconocido definitivamente es su cachorro.
— ¡pushik! — echa a correr lo más rápido que puede, sin importarle si las personas lo están mirando raro, él sólo quiere de vuelta a su perro.
se detiene de golpe frente a ambos cuando nota que su mascota ni se inmuta... qué decepcionante, él esperaba un reencuentro tipo drama. pero lo cierto es que su cachorro no se mueve de los brazos de este chico.
— ¿oh? ¿es tuyo? — te pones en pie y él se tensa, por alguna razón. eres un poco más alto que él y eso lo hace sentirse intimidado, cosa que odia.
asiente.
» se me ha acercado corriendo y supuse que tenía dueño por la marca del collar en su pelo. — le sonríes y él intenta hacer lo mismo, pero está un poquito nervioso y sólo hace... una mueca. — lo siento...
— oh... no... no tienes que disculparte. — se inclina para volverle a poner el collar al perro, este sacudiéndose cuando logra ajustarlo alrededor de su cuello y apoyándose en tus piernas, desesperado por tu afecto. — parece que le agradas.
ve cómo le sonríes.
— sí... es tan lindo. — nota que quieres decir algo más. abres la boca, la vuelves a cerrar y finalmente, levantas tus ojos hacia él. — ¿lo vas a pasear?
— uhm... ¿por qué lo preguntas? — él es precavido, y prefiere tener todos los puntos sobre la mesa antes de contestarte. no porque seas un chico lindo significa que hará cualquier cosa por eso... debe mantener la compostura.
— me gustaría acompañarte. — pareces darte cuenta de lo que has dicho, porque abres los ojos de par en par y tragas seco, dándote cuenta de algo que él no. — o sea... acompañarlos... a los dos... porque es un perro lindo y...
una risa de su parte te hace callar.
— claro, puedes venir... con los dos. — él comienza a caminar esperando a que tú te le unas, y no tardas en seguirle el paso en un momento.
tanto calor... la tarde es tan calurosa y tanto taehyun como tú preferirían pasarla echados en su sofá viendo alguna serie y tomando una gaseosa fría. pero les gusta estar el uno con el otro y las horas se pasan volando cuando están juntos. apenas se percatan que ha anochecido cuando las calles están tan oscuras que te ofreces a acompañarlo a su casa.
— bueno... la pasé muy bien hoy. — él es el primero en hablar y tú asientes.
— sí... yo igual. — por un momento, ninguno dice nada y el ambiente se vuelve algo incómodo. ni tú ni él saben cómo despedirse, porque realmente no quieren hacerlo. — ¿puedo...?
— ¿me podrías dar tu número? — ni siquiera te ha dejado terminar, y notas como se sonroja cuando se percata que te ha interrumpido de golpe. — disculpa...
niegas.
— yo... también quería pedirte tu número.
tomas el autobús, feliz, con las mejillas calientes y tu estómago dando vueltas. aprietas el agarre que tienes alrededor de tu celular como si este fuera a escapar de ti; una sensación cálida llenando tu pecho cuando piensas en el brillo de los bonitos ojos de taehyun. sin saber que él se revuelca en su cama estando igual, o incluso más, afectado que tú por todo lo de hoy.
