Capitulo II: La Culpa fue de Enols

470 32 16
                                    

Enola fue la más rápida en llegar al costado de la víctima. Se dio cuenta de que se estaban perdiendo sus constantes vitales y que, aunque no estaba del todo muerta, la cosa no parecía ir en buen camino.

La atacada era una amiga de Tewkbury, de Francia. Debía tener más o menos la edad de Enola, unos 28 años. Tenía los ojos en blanco y sus pupilas a penas se asomaban. Su cuerpo estaba pálido y su boca abierta. Lo primero en lo que se fijaron todos los que estaban allí era en el cuchillo clavado en su brazo, pero eso no hizo que Enola no se acercara menos a ella.

-Sigue viva. Al menos por ahora. Se está muriendo.- Dijo al hombre que la había traído en brazos.

-Hagan, algo, se go suplico... Chgis, pog favog... aguanta... pog favog...

Se giró contra Tewksbury, que se había quedado en blanco.

-Chrissie... no... no te puedo perder... -Dijo el Lord, con lágrimas en los ojos. Según Enola había escuchado, él mantenía una muy buena amistad con Chris.

Lo miraron todos fijamente.

- Ah... ¿yo?-Dijo como si se acabara de dar cuenta que era el anfitrión-¡OH! ¡MÉDICOS!

De mientras, Enola ya había pasado a la acción. Había puesto a la mujer sobre un asiento y se había desecho de la hemorragia gracias a un trozo del vestido "de gala que te prestó mi madre", como diría Tewksbury.

-Chris... dime... que te paso... ¡RESPONDE!

De pronto, la francesita pareció poder abrir la boca y soplar unas pocas palabras en su idioma:

-Genèv... enevè... aimer...

-¡CHRIS! Te perdemos... No, no, no... respira...

Enola no entendía porque Chris seguía perdiendo las constantes cada vez más y más. Ella había detenido la sangre, ¿o no?

Por inesperado que pareciera, el hombre que había sostenido a Chris la apartó y se enfadó con ella.

-Vous no sabeg lo que haces. Eges solo una joven estupida. Hagle caso a los médicos. ¡INGSOLENTE!- Dijo con su acento.

Aparecieron por la puerta un grupo de médicos y apartaron por completo a la detective. Uno de ellos se agachó y intentó escuchar la respiración de la francesa. Había muerto.

-Ya no está con nosotros.- Susurró.

El hombre francés se giró contra Enola y se volvió loco.

-¡POG TU CULPA, CHGIS HA MUEGTO! ¡VOUS TE DEDICAGTE A HACEG EL JUEGO DE NIÑGITAS MIENTGAS MOGÍA!

Enola sintió todas las miradas de la sala en contra de ella. Todos empezaron a susurrar y parecían clavarle cuchillos con los ojos.

-¿No creeréis que ha sido mi culpa, verdad?- Le temblaba la voz.- Yo paré la sangre, la hemorragia... no sé porque acabó así, pero os puedo asegurar que no ha sido mi culpa, os lo juro...

Sintió una mano fría detrás de ella.

-Enola.

Ella esperaba escuchar la voz de consuelo de Tewksbury, pero esa voz no era suya...Era Sherlock.

-Tranquila.- Tomó el control de la sala.- Señoras, señores, váyanse ya a sus respectivas casas. La policía se encargará del resto... ehem, usted también señor Moreau.- Le dijo al hombre loco.

Enola se alejó de todos. No sabía que había fallado. Ella sabía perfectamente que había parado lo que le había hecho daño a esa mujer, pero igualmente ella había muerto.
Pero había algo que le dolía más. ¿Dónde estaba su novio? ¿Acaso se había ido por la vergüenza que había pasado al verla así?

𝑨𝒍𝒍 𝑺𝒕𝒂𝒓𝒔 ❁»HOLMESBURY♪♫︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora