Delta (Hyunlix )

"Lee Félix desaparecido"

Al salir del baño, vestido con una remera gris oscura y unos pantalones negros bastante holgados, con los hombros algo mojados por lo húmedo de sus cabellos, Félix fue hacia la cocina, viendo que Hyunjin no estaba en el dormitorio.

-          ¿Hyung? - Pregunto, viendo al pelinegro, de espaldas a él, sosteniéndose con fuerza de la encimera de la cocina.

-          No tomaste los supresores - dijo.

Félix no contestó, no sabía qué le estaba pasando a Hyunjin.

Hyunjin giro un poco el rostro para mirarlo de reojo.

-          Félix, ¿Sabes que acabas de entrar en celo?

Félix se sorprendido un poco, se le había olvidado completamente el tema de su celo, al punto de ignorar el por ahora leve dolor en la parte baja de su abdomen, había estado muy emocionalmente como para pensar en eso.

-          Tu olor me está volviendo loco, Félix, ve a tomarlos - se notaba que Hyunjin estaba apretando sus dientes.

Félix reaccionó y fue hasta el cuarto, donde, sobre el escritorio, descansaba la cajita con los supresores.

Decidió no volver a la cocina por agua, y en cambio fue al baño, haciendo un cuenco con las manos para tragar la pastilla. Luego, con precaución, se asomó de nuevo en la cocina, esta vez, para ver a Hyunjin preparar algo de comida.

Hyunjin sintió el olor de Félix de nuevo, volteando a verlo.

-          Ya los tomé - dijo el omega, antes de que el otro lo preguntara.

-          Supongo que tardará un rato en hacer efecto - dijo el mayor, con un suspiro - Siéntate, que aún debes comer.

Hyunjin le sirvió una generosa ración de arroz, y Félix sabía que no lo dejaría irse hasta terminarlo todo.

Un poco alejado, Hyunjin intentaba distraerse del olor del omega.

Antes, en el baño, cuando Félix había salido de la bañera, Hyunjin había visto demasiado bien su cuerpo, sumado a que su aroma dulce, de manzana y caramelo, se había hecho más fuerte, aunque quizás era maximizado por el hecho de que el olor a tristeza de antes se había ido, dejando el dulzón.

Pero Hyunjin no podía olvidarse de las ganas enormes que tuvo de besar al omega, y algo más.

Se preguntó si quizás, cuando decidió hacerle caso a su lobo, se había dejado llevar bastante, doblegándose al punto de hasta llegar a bañar a Félix, todo porque en su pecho, sentía la necesidad de mimarlo, y cuidarlo como no lo había hecho antes.

Y ahora, a pesar de que estaba un poco más calmado, y que el olor de Félix también, sentía la necesidad de salir corriendo de aquel lugar.

Pero no podía hacerle eso a Félix ya bastante lo había afectado al irse la noche anterior.

Recordando como había paseado toda la noche soportando el frio de principio de invierno hasta llegar a una estación de servicio, que abría las veinticuatro horas, donde tomo café hasta terminar de liquidar toda chance de dormirse; pero no tenía ganas de hacerlo de nuevo.

Cuando Félix terminó su comida, se volteo un poco para verlo, Hyunjin solo tomo el plato, diciéndole que vaya a la cama y que él irá luego de lavar.

Dicho y hecho, Hyunjin entró al dormitorio para encontrar que Félix había acomodado las sábanas, haciendo la cama de forma prolija, para luego abrir las sábanas, aunque no se metió en estas.

-          Hyunjin hyung, ¿Podría entrar usted primero?

Hyunjin frunció el ceño.

-           Así no podrá irse – explico Félix, sonrió un poco -, estará entre mí y la pared.