Solo falta que tu gustes de mi

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Félix veía el cielo nublado por la ventana del dormitorio.

Las nubes, de un gris oscuro, anunciaban que pronto estallaría.

Eran nubes de nieve, Félix lo sabía.

Una sonrisa se grabó en sus labios, él amaba la nieve.

Hyunjin vio al omega sonreír junto a la ventana, y no pudo evitar hacerlo también. Su corazón se encogió un poco al pensar que le quedaban pocos días para estar junto a Félix.

Como si lo hubiera sentido, Félix bajo la vista para mirar su pecho con el ceño fruncido, luego la volvió a alzar para encontrar a Hyunjin, quién estaba bastante sorprendido por eso.

-          ¿Qué pasa, hyung?

Hyunjin no dijo nada unos segundos, hasta negar con la cabeza.

-          Nada, nada...

Hyunjin fue hacia su cama, sentándose en esta le dolían bastantes los muslos y algo la cabeza, pensó que debía ser por las noticias, Félix y su celo, se sentía bastante estresado.

Miro a Félix de nuevo, y sintió los párpados pesados.

El sábado era (junto al domingo), los únicos días que no hacía nada más que trabajar su turno en el supermercado, casi siempre los usaba para descansar o hacer tareas de la universidad, pero ese sábado parecía más especial, ya que era el último que tendría a Félix acompañándolo, y quería pasar el día junto a él y conocerlo un poco, ya que, por más que sus lobos se quisieran y ya estuvieran a gusto entre ellos, ellos mismos, como personas, eran prácticamente desconocidos.

Un bostezo hizo que mirara la almohada con deseo.

-          Félix - lo llamo, captando la atención del chico al instante -, voy a dormir un rato, despiértame si necesitas algo.

Félix asintió, Hyunjin se quitó algo de ropa para quedar solo con boxers y la ramera, dándole la espalda a todo, mirando a la pared para que no le llegara tanta luz, intento concentrarse en el olor de Félix de las sábanas para tranquilizarte y dormir más rápido.

A punto de caer dormido, escucho pasos, sintió las sábanas levantarse un momento y el peso sobre está a sus espaldas.

Se volteo instantáneamente, recibiendo a Félix, quien se acurruco en su pecho.

Las manos de Hyunjin rodearon la cintura de Félix instantáneamente, y sin querer, pasaron por debajo de la remera del omega, acariciando su piel en círculos lentos y tranquilos, mientras el omega hundía el rostro en el pecho del pelinegro.

Hyunjin puedo escuchar como la respiración de Félix se hace un poco más rápida y errante, llegando a creer escuchar jadeos, cada vez un poco más fuerte, y acallados por el omega, mordiéndose el labio.

El mayor recordó el cómo la piel de los omegas se hacía mucho más sensible en su celo, haciendo que un simple tacto como ese pudiera llegar a ser excitante.

Hyunjin detuvo sus manos enseguida al pensar en eso, con los ojos abiertos de más por un leve susto, sintiendo que había hecho algo malo.

Fue cuando Félix, alzó su rostro ruborizado y con una sonrisa hacia el de Hyunjin, estaba tan cerca que el aire que expulsó al hablar golpeó sus labios.

-          Sigue, por favor - pidió, su voz era más suave y dulce.

"¿Voz de omega?" pensó Hyunjin, nunca había escuchado una, aunque sabía de algunos omegas que la tenían, eran muy pocos. Félix era un omega muy especial.

Hyunjin sintió el rubor en sus mejillas su corazón se agito un poco. Sintió que eso no estaba del todo bien, Félix no debía estar en todos sus sentidos y de alguna forma sentía que se estaba aprovechando de él, pero aun así le gustaba.

Delta (Hyunlix )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora