Chisme

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Hyunjin estuvo inquieto todo el camino, pero no fue sino hasta que estuvieron a un kilómetro de distancia que comenzó a sentir el llamado en su pecho.

Un aullido bajo, lleno de pena.

Sabía que no era su lobo, y que era de Félix

Al entrar a la casa no vio mucho más allá de la puerta de la sala, importándole muy poco el mundo.

Podía sentir el olor de Félix, cerca, fuerte.

Se olvidó, del dolor de su cuerpo, o de su cabeza, su cansancio pareció desaparecer, solo recordó el gruñido que le había dedicado a otro chico que olía un poco a Félix, pero no le dio importancia.

Tenía que ir con su omega.

Pareció que hubiera estado ciego todo el camino hacia aquella habitación, porque no fue sino hasta que vio la cama, y el bulto en esta, que reaccionó.

Sus ojos se aguaron.

-          Alfa...

Hyunjin se apresuró, casi corriendo hacía la cama, hasta subirse en ella, y en un movimiento rápido, tomando el cuerpo de Félix, abrazándolo con fuerza contra sí.

Hyunjin lloraba, de alivio, de alegría. Llevó su nariz hasta el cuello de Félix, aspirando su

dulce olor.

El omega hizo lo mismo, con las mejillas húmedas y una sonrisa, frotando su rostro en el cuello del pelinegro, dejando pequeños besos, embriagándose en su aroma.

Félix dejo de sentir frio, calentándose con la presencia de su alfa y su abrazo, como si de una estufa se tratara.

Félix rio un poco, con alegría, y eso hizo sonreír al otro.

Hyunjin se apartó un poco para mirar su rostro, su sonrisa, sus ojos, beso su frente, sus mejillas, su nariz y sus labios, con gusto algo salado por las lágrimas, pero lleno de felicidad.

Las manos de Hyunjin bajaron al cuello de Félix, preguntando con la mirada.

-          Si - dijo, con seguridad -, si, por favor...

Hyunjin dejó un casto beso en sus labios antes de mirar la curva entre su cuello y hombro, libre, ya sin ningún collar en el medio, dejo un par de besos hasta llegar allí, quería darle el cariño que se merecía y hacerlo suyo al mismo tiempo, abrió su boca, acomodando sus caninos

sobre la piel.

Sintió a Félix tomar aire, busco su mano y la apretó, al mismo tiempo que enterraba sus dientes en el omega.

Escucho un jadeo, con algo de dolor en él, sostuvo su mano más fuerte, el sabor metálico de la sangre lo hizo asquearse un poco.

Pero por fin estaba pasando, y no podía sentirse mejor, la felicidad tapo ese sabor.

Sus corazones comenzaron a latir al mismo ritmo, sus pechos se llenaron de la mezcla de emociones, de alegría, de alivio, de paz, de amor, de ambos.

Hyunjin desenterró sus dientes, lamiendo varias veces la marca, hasta que esta dejo de sangrar.

Miro a Félix a los ojos, tomando las sonrojadas mejillas, amando su sonrisa, dándole una, besando sus labios con intensidad.

Ahora compartían todo, ahora estaban completos, sus miradas lo confirmaban, y la marca del lazo también.

-          Te amo - declaró Hyunjin, sintiendo en su pecho tanto su amor, como el sentimiento correspondiente de Félix.

-          Te amo - repitió el omega.

Delta (Hyunlix )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora