Por Política

Prólogo

Ser alcalde no era fácil, a veces podía ser tan aburrido leer tantas peticiones y planear como tomarlas en cuenta sin afectar ciertos factores. También era cansado las múltiples juntas las cuales tenía que asistir diariamente para debatir sobre el estado del pueblo.

Luzu estaba tan fastidiado y ni siquiera había pasado una semana. Los únicos que lo han sacado de su zona de confort han sido Willy y Fargan, haciendo que Luzu les agarrara un poco de cariño, pues lo ayudaban a salir de su monótona vida de alcalde.

Un día anterior, había tenido un día de mierda con Rubius, se entero de cosas que no esperaba escuchar de ese oso, o bueno, claro que lo esperaba. Estaba tan molesto, solamente que tenía que mantener la cordura y sus sentimientos resguardados, si salen a flote todo terminaría muy mal, y todo lo que ha logrado se iría al carajo.

Estaba tranquilo en su oficina leyendo novedades hasta que escucho murmullos, risas y pisadas fuera de su oficina, inmediatamente pensó en Willy y Fargan, pues los había citado a verlo ese día. Estás personas que llegaron tocaron la puerta, haciendo que Luzu se levantará para abrir la puerta.

—Hombre Luzuuuu — hablo Fargan pasando como pedro en su casa y tomando los hombros del castaño en traje.

Willy con una pequeña sonrisa saludo.

—Vamos, hablemos un poco. — Añadió rápidamente Luzu, sentándose en el sillón mientras veía a sus invitados sentarse. —¿Gustan alguna bebida?

—Pues claro, pero quiero una bebida del mamitas — bromeó Willy sacando un "joder" y una carcajada de Luzu.

Una pequeña reunión confidencial se hizo acabo esa mañana, tenía un trato con ambos hombres; él los ayudaba a ascender por su silencio.

Después de la corta reunión, Luzu se quedo pensando algo, segundos después enuncio: —Necesito hablar a solas con Willy. Fargan, ¿hablamos ahorita?

Fargan, por más chismoso que sea, acepto por una simple razón, Willy era su otra mitad y ambos se contaban todo, sin excepción. Fargan salió de la oficina y se dirigió a hablar con la secretaria, pues estaba un poco aburrido y sabía que la plática de Willy y Luzu se alargaría.

— Wilfred... Necesito comentarte algo — hablo Luzu jugueteando con sus dedos. — Ayer... Descubrí que Rubius solo quería a Quackity por su estatus, solo lo utilizaba, no es nada nuevo pero... Vaya, es interesante lo que puede hacer la gente por poder, ¿sabes? — el albino no entendía a que quería llegar. — Y bueno, realmente por más innecesario que suene, necesito pedirte algo, ¿vale?

— Venga, dime. Sabes que confías en mí para contarme lo que sea.

— Cásate conmigo y sé mi primer caballero.

El vaso de las manos del policia cayó, los vidrios se exparcieron por todo el piso de la oficina junto con el whisky que tenía. Una cara de sorpresa llego inesperadamente.

Luzu se paro inmediatamente al escuchar la caída del vaso y se acerco a Willy. Miro algunos vidrios cerca y grandes, así que los juntos mientras trataba de hablar con su amigo.

—¿Wilfred? — hablo con un poco de preocupación el castaño, ¿tan mala era la propuesta? Había dejado en shock a uno de sus amigos y no sabía como sacarlo de eso.

—¿Por qué aceptaría un trato así? — dijo de un momento a otro mientras veía la pared. Su mirada estaba perdida.

—Porque nos conviene a los dos, ¿no es así? — hablo Luzu mientras lavantaba los vidrios del suelo con sumo cuidado.

—Acepto tu propuesta.

Les convenía a ambos seguir esta jugada, les convenía seguir el juego de los casados. Les convenía como por política y como sentimentalmente. Dos personas destruidas y faltantes de la persona que aman, usándose mutuamente para llenar los vacíos que sienten.