La traición | Luckity | Karmaland V|

8

Rubius estaba yendo donde Luzu estaba atrapado, lo iba a liberar, no importaba lo que el pato le había dicho, de todas formas sabía que el híbrido no dormía ahí. Casi llegaba donde se encontraba el castaño cuando se encontró con nadie más ni menos que Alexby. El padre del pueblo estaba viendo la casa de Quackity con una mirada de pena, vió a Rubius salir del túnel y lo miró con una sonrisa.

—Lo haz estado ayudando ¿no es así?

—Si... Me arrepiento de haberlo hecho, padre.

—Yo también, lo ayudé una vez, es el único arrepentimiento que he tenido desde que volví a la vida. Quackity tiene el permiso de los Dioses, Rubius. Si intentas hacerle algo no creo que ganes.

—Todo cambiará Alexby, confía en mí.

—Ojalá todo salga bien. Te deseo suerte.

—No le digas a nadie que anduve por aquí. Alexby, si no me vuelven a ver. Quiero decir que lo siento.

. . .

—Rubius, ha habido un cambio de planes.

—¿Que?

—Ayudame a sacarlo de aquí. Vamos al pueblo ahora.

—¿Lo vas a liberar?

—Creo que ya es tiempo de que todo termine.

El oso ayudó al híbrido pato a sacar al castaño de ese lugar. Rubius acató mal las palabras de Quackity. Pensaba que iba a sacar a Luzu de su infierno, pero el castaño entraría a sus últimos momentos de vida.

Después de unos minutos llegaron al centro de Karmaland, ahí estaba Quackity en una banca junto a un Luzu cansado, Rubius buscó a todos los héroes, había que ver qué hacían con Quackity después de todo ¿no es así?

Ahora se encontraba con todos detrás de él, guiandolos al centro, Rubius bajó sus orejas de oso en señal de susto. Lo que vió lo espantó. Habían antorchas prendidas en fuego a ambos lados de el híbrido pato. No estaban quemando nada pero no esperaba que Quackity hiciera eso. ¿Que planeaba hacer?

Todos corrieron hacia donde se encontraban los dos y antes de que pasaran los cinco metros de distancia el pato sacó un arma y le apuntó a Luzu.

—Quedense quietos o le disparo y acabamos con esto.

-355.