CAPITULO 14

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Thiago

La coloco boca abajo en la cama deslizando mis manos por su espalda hasta llegar a el sujetador que saco fácilmente mientras ella me ayuda pasándolo por sus brazos.

Al retirarlo de su cuerpo tengo vía libre a sus pechos y me acerco a su espalda humectando su piel con mi lengua ascendiendo hasta el lóbulo de su oreja haciéndola estremecer.

Volteo su cuerpo y rápido noto la lujuria en sus ojos proyectándose. Intento subir mis manos hacia sus senos para amasarlos, pero cuando estoy por hacerlo suena mi celular interrumpiéndonos.

-No lo atiendas. Sigue- me habla la rubia que tengo debajo de mi.

Vuelvo a lo mío, pero el ruido continua así que decido que al final es mejor contestar.

Puede ser una emergencia.

Me alejo de Madeleine para tomarlo y ella suelta un bufido de frustración. No le doy importancia y noto quien es.

Frunzo el ceño al ver el nombre de quien me esta llamando.

¿Desde cuando ella me llama?

-¿Puedo saber el motivo de su llamada su majestad?- contesto burlón-¿Necesita otra vez de mis servicios automovilísticos?

-No. Te llamaba para.....- dice media dudosa- bueno por lo de ayer en la fiesta. Quería agradecerte antes de que me olvide hacerlo.

-¿Nunca habías estado tan cerca del cuerpo de un hombre? -le digo sabiendo que estará nerviosa y que no se refiere a eso.

-No. Idiota. Es, porque me llevaste a mi casa- empieza a molestarse.

-No tienes que agradecer, pero a la próxima cobraré.

-Sabia que no debía agradecerte nada- suelta a decir disgustada y ya imagino que blanquea los ojos.

Sonrío por eso. Siempre es divertido hacerla enojar.

-Fuera de bromas. Esta bien cuando quieras hago de tu chofer.

-¿No te preocupa de que me aproveche de ti?- dice sin darse cuenta del doble sentido.

-¿Es esa una propuesta obscena?- suelto una carcajada.

-Ay ya cállate- logro sacarle una pequeña risa hasta que se despide y cuelgo.

Miro hacia al frente y tengo a Madeleine echada en la cama viéndome seria, pero no me importa ya se perdió el momento así que decido buscar mi ropa para irme.

-¿Su majestad? -enarca una -¿Desde cuando tienes apodos para las zorras?

Detesto esas escenitas de celos. Una excusa mas para irme.

-¿Desde cuando tengo que darte explicaciones?- me coloco la chaqueta y guardo el celular dispuesto a salir de su casa.

Avanzo unos pasos hasta que la tengo atrás mío evitando que salga.

Siempre es lo mismo. Ya me esta hartando.

-No te vallas aun. Podemos seguir jugando- me toca los hombros- estas muy tenso. Sabes que yo siempre puedo ayudarte y estoy dispuesta para ti.

-No estoy de ganas y si no puedes entender como la adulta que eres nuestro acuerdo entonces mejor déjalo así- paso por su lado sin volver a mirarla- Adiós.

No suelo comportarme tan hijo de puta con las mujeres con las que me e acostado alguna vez, pero esas acciones de meterse en mi vida no me gusta y peor cuando empiezan a olvidarse del acuerdo en el que quedamos. Así que es mejor cortarlo de una vez para evitar situaciones desagradables.

Maravillosa Colisión (Nueva versión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora