Mientras tanto, en los aposentos del director, Minerva no podía sacar de sus pensamientos al pequeño Severus. Albus, al notar la ausencia de su esposa, se acercó a ella y con delicadeza puso el dedo índice debajo de su barbilla para alzar su rostro y encontrarse directamente con sus ojos.
— ¿Mon minou?
— Albus, ¿qué piensas de Severus?
— "¿Qué pienso?", ¿a qué viene eso?
— Su rostro me resulta familiar.
— Mon minou, con tantos años estando en el castillo, me preocuparía que no te resultara familiar — Rio
Minerva rodó los ojos, sonrió tranquilamente y depositó un tierno beso sobre los labios de Albus.
— ¿Estás bien?
— Estoy bien, todo está bien.
El mayor asintió y dejó que su esposa se fuera a preparar para descansar.
Al otro lado de Reino Unido (más específicamente en una casa ubicada en la calle de la Hilandera), en una esquina, Eileen se encontraba arrinconada abrazándose a sí misma. Desde aquel día en el que descubrió que su amado y adorado esposo Tobías le era infiel, su vida se había convertido en una pesadilla. Noche tras noche, este regresaba a casa estando ebrio, enojado y a veces, incluso llegaba "acompañado". Usarla y dejar que otros abusaran de ella, se volvió una rutina. Dejarla sin comer por días o golpearla, también era parte de lo que, según Tobías, "ella se merecía".
Teniendo presente el insoportable dolor de sus heridas, Eileen tomó una decisión. La noche anterior, mientras su marido pensaba que ella ya dormía, bajó en silencio y descalza hasta la cocina. Fue ahí cuando escuchó los planes que aquel mal nacido tenía para su hijo: tan pronto regresara para las vacaciones de diciembre a casa, lo entregaría a uno de sus amigos para que lo convirtiera en un "hombrecito". Eileen cargaba con el peso de haber puesto primero a su esposo antes que a Severus, pero sabía que no era tarde para arreglar aquello. Fue así como se propuso ahorrar lo más que pudiera para ser capaz de dejarle algo a su pequeño. Sobre su cadáver permitiría que alguno de esos ebrios le hiciera daño a lo único valioso que le dejó su horrendo matrimonio.
ESTÁS LEYENDO
Le Prince
FanfictionAclaraciones: Todos los personajes le pertenecen a J. K. Rowling. La historia fue modificada a conveniencia. No esperen que sea igual o parecida a los libros ni a las películas que han visto y por favor, lean las etiquetas antes de comenzar con la...