Contigo todo es diferente

Capítulo 18: La pequeña Olive

NESSA

Ha pasado dos días desde que regresé de Italia, no he ido al colegio desde entonces, Maddie y Ali han intentado contactarme incluso han tratado de venir a mi casa, pero no lo he permitido, no me apetece hablar con nadie...el volver a ver a Logan me ha dejado mal, siempre es lo mismo, permito que él me afecte, me haga alejar de todos y me encierre en mi mundo. Sé que no está bien, pero no puedo hacer nada al respecto por más que lo intente.

Me recuesto en mi cama de nuevo, no quiero pensar ni sentir nada, y en pocos minutos me quedo dormida.

—Mi niña, ¿ya estás despierta? —escucho una voz proveniente de la puerta.

Veo la hora en mi celular, son las 8 de la noche, he dormido todo el día, con sueño me arrastro por toda la cama y me dirijo hacia la puerta para abrirla.

—Veo que sí. ¿Cómo te sientes? —mi nana me mira con preocupación.

—Algo mejor, gracias a que he dormido todo el día.

Mi nana suspira sentándose en el borde de mi cama, y yo hago lo mismo.

—Si sabes que no podemos seguir así, ¿verdad? —soba mi cabello.

—Lo sé.

Observo a un punto fijo, porque no puedo mirarla a los ojos sin que se me salgan lágrimas.

—¿Por qué no me cuentas que pasó en el viaje? —mi nana hace que gire mi cara y me encuentro con su mirada cálida de siempre.

—No puedo, lo siento nana. —respondo con tristeza porque me gustaría poder contarle todo, pero no quiero involucrarla en mis problemas.

—Lo entiendo, sabes que sí, pero no puedes seguir así. Necesito a mi pequeña Harriet feliz de vuelta.

Logra hacerme sonreír.

—No decías que era una amargada y consentida? —mi nana ríe al escuchar eso.

—Eso también.

—Intentaré mejorar y sentirme mejor. —digo sincera.

—Sé que lo harás, y yo estaré aquí para apoyarte. —se acerca y me abraza. —Pero...no puedes seguir faltando al colegio, señorita.

—Solo un día más porfa. —junto mis manos y le hago un puchero.

—Nada de eso, mañana ya es jueves, has faltado casi toda la semana.

—Vale, ya entendí. Mañana iré ¿feliz? —la miro resentida.

—Mucho, ahora vayamos a cenar. No has comido nada.

Me lleva a rastras logrando sacarme de mi cuarto y bajamos hasta llegar a la cocina, al entrar me encuentro a un Andrew algo sorprendido por verme y decido acercarme hacia él.

—Andrew, ¿acaso tengo algo en la cara? —pregunto en broma.

—No, ¿por qué lo preguntas?

Se hace el desentendido y trato de no reírme.

—Creí haber visto que te sorprendiste al verme.

—Es que llevabas días encerrada en tu hab... —se detiene al ver lo que estaba a punto de decirme.

—Ahh con que era por eso... —simulo estar pensando. —No te preocupes, estaré mejor en unos días.

—Me alegra escuchar eso, Nessa. —me muestra una sonrisa.