La hija de Argent

Capítulo 5: El reclutamiento

Estados Unificados, 1 de diciembre de 1969

Aquella tarde nos la pasamos pegados al televisor.

Unos cuantos años antes había estallado una guerra en Asia, más allá del océano, en un pequeño país llamado Mietvan, y la federación Russy estaba apoyando el alzamiento de un régimen comunista en el territorio Mietvanita. Tanya había estado durante un tiempo, como asesora militar, y sabía que esto pasaría. Hubo un ataque a un par de destructores americanos, por lo que el presidente movilizó a las tropas y convocó lo que se conoce como Draft Lottery, es decir, un sorteo para decidir quien va a la guerra.

El sistema es simple: hay 366 tiras de papel, una por cada día del año (incluido el 29 de febrero) y estas se meten en bolitas de plástico, que se introducen en una caja de zapatos. Se mezclan las bolas y se vierten en un tarro de cristal. Se extraen, de una en una, y se abren. Según el orden de extracción de los días se les asignaba un número. Los 195 primeros días serían los elegidos, es decir, todas las personas que hubiesen nacido en aquellos días serían enviados a la guerra.

Los días fueron saliendo, primero el 14 de septiembre, luego el 24 de abril y así sucesivamente, hasta llegar al número 97, que correspondió al 8 de noviembre, mi cumpleaños.

Lo peor sucedió, iría a la guerra. Aunque fuera mujer, mi afinidad con la magia era algo extraordinario, y el ejército no rechazaría la oportunidad de contar con un efectivo tan poderoso.

Lily intentó convencer a Tanya de que negociara con sus superiores, pero Tanya acababa de conseguir el rango de teniente coronel, y no quería "arriesgar su posición". Al menos eso le dijo a Lily. De hecho, yo ya le había convencido de que no hiciera ningún tejemaneje y que, llegado el momento, me tratara como un soldado más y no como a su hija.

Varias semanas después llegó la carta de reclutamiento y me despedí de mi familia. Me habían destinado a Nueva Sweater, donde había un campo de entrenamiento de magos aéreos llamado Hehigh.