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Unos cuantos abrazos, apretón de manos y tocadas de vientre después, la fiesta había comenzado al fin.

Dándole paso al presentador, quién inicio llamando a los papás de la pequeña que pronto nacería.

— Muy buenas tardes a todos. Quiero pedirle a la mami, que venga aquí al escenario — hablo el animador, que era un payaso que contrataron.

Con ayuda de su hermano, Lucero se subió al pequeño escenario que estaba ahí.

— Un aplauso para esta bella mamita, por favor público — pidió el payaso, a lo que todos los presentes hicieron caso — ¡Que bonito!, Pero haber cuéntame, quién fue y dónde está el causante de — señaló con la mirada e hizo un ademán de una panza.

Todas las personas, incluidas Lucero, no pudieron evitar las risas.

Manuel a lo lejos miraba emocionado y levantó la mano, para acercarse. Una vez parado frente al escenario, se señalaba así mismo.

— Yo, fui yo — gritó para que el payaso le haga caso.

— ¿Y este wey qué? — dijo y todos comenzaron a reír. Se acerco a él— ¿Todo bien cuate? Es que parece que estás medio loco, desde ahí atrás te ví brincando, con tu mano alzada y llegaste aquí gritando "yo, yo, yo, yo fuí”— lo imitó. Para luego acercarle el micrófono.

— Digo que yo soy el papá del bebé— respondió.

— Ahh, yo creí que vendes o querías un yoyo, es que parecías loquito del centro. Ya te iba a decir, no tengo Nené y tampoco compro.

La gente le gritaba al payaso "Es el papá" "Es el culpable de que Lucero este panzona"

La cara de asombro del payaso, causó muchas risas. Miraba a Lucero, luego a Manuel, los señalaba.

— ¿Es el papá?— preguntó al público.

"Siiiii" se escuchó por todo el local.
El payaso volteó a ver a Lucero.

— ¿Ese wey es el papá? — preguntó.

Ella asintió sonriendo.

— ¿Esa cosa? — volvió a preguntar.

— Sí — respondió sonriendo. Manuel ya se había subido al escenario, parándose junto a ella.

— Amiga, ¿Qué le viste a ese hombre?, Si está más feo que yo.

Manuel se señaló así mismo, enfatizando por las piernas, luego tocó la panza de Lucero. Ella volteó a verlo, y le dio un manotazo mientras reía.

Todos los presentes rieron fuertemente, entendiendo las señas de Manuel.

— Ya mejor ni me digas chula, ahora entiendo. Con razón vas a ser mamá— dijo el payaso, haciéndole burla. Ella estaba roja como un tomate— Bueno ahora sí, quiero pedirles a ustedes Lucero y Manuel, si quieren decir algo a sus invitados antes de empezar con las dinámicas que tenemos preparadas para pasar un rato muy ameno.

Le entregaron un micrófono a cada uno, Manuel fue el que inició.

— Antes que nada, muchísimas gracias a todos de verdad por venir, por acompañarnos este día muy especial para nosotros. Ustedes a lo largo de este tiempo han sido testigos del amor que Lucero y yo nos tenemos. Y podemos decir que todo ese amor hoy está rindiendo frutos, nuestra pequeña ha sido el mejor regalo que hemos tenido. Esperamos contar  con ustedes para todo, cómo lo ha sido siempre, estamos a días de conocer a mi preciosa hija— hablo emocionado, Manuel.

— Sí, estamos a nada de tenerla en nuestros brazos, Dios ha bendecido nuestro amor, nuestro matrimonio con la llegada de esta bebé, a la que amamos y amaremos el resto de nuestros días. Esperamos que hoy la pasen super bien, se diviertan con nosotros. Una vez más gracias a todos por venir y que comiencen las dinámicas— Finalizó Lucero.

—Dicho esto, por favor necesito cinco hombres— dijo el payaso, con la espera de que algún voluntario venga a jugar.

El más emocionado en todo esto era Manuel, parecía niño corriendo a buscar a sus hermano, cuñado y amigos  para que jueguen con él.

Lucero lo veía encantada, amaba esa parte de él. Había participado en casi todos a excepción de algunas. Ella por su parte no participo tanto, solo donde se requería de su presencia como en el juego de la " adivina cuánto mide la panzita".

Ese juego costaba en tomar un rollo de papel higiénico y calcular cuántos cuadritos del papel exactos son los que cubrirían a la perfección la pancita de la embarazada.

Le causó gracia que ninguna de las concursantes pudo atinarle, algunas se pasaban y a otras les faltaba algunos cuadritos.

A modo de juego Manuel grito un número de cuadritos y sorpresivamente era casi el número de cuadritos que cubrían la pancita.

El más sorprendido fue él y todos los invitados empezaron a hacerle burla de que lo había practicado antes.

Otra de las dinámicas en las que ella pudo participar, fue una que consistía en criar al bebé, es decir, se participaba en pareja, uno haría del bebé y otro de mamá, prácticamente uno le daba de comer al otro, pero el que era el bebé no podía usar las manos y la mamá tenía los ojos vendados.

Por su puesto, Manuel quería participar con su esposa. Ella no quería, pues no quería embarrar lo con la papilla, al final participo porque el la convenció diciéndole qué "no importaba si terminaba embarrado, traía una playera extra".  

Risas y aplausos  llenaron el local con todas las dinámicas que se jugaron. Había sido una fiesta muy divertida.

Después de las dinámicas sirvieron los platillos y abrieron la mesa de dulces para que los invitados comieran mientras disfrutaban del show de chistes.

Pasaron unas horas muy amenas en compañía de todos sus invitados, poco a poco se iban retirando del pequeño festejo de los Mijares Hogaza.

Manuel se encontraba platicando con unos amigos. Que eran los que se quedaron hasta el final, pues habían sacado un par de botellas de vodka para seguir festejando.

Algo que no le agrado mucho a Lucero, no le gustaba que Manuel bebiera, y mucho menos que  estuviera tomando hoy.

No le dijo nada, pero con solo una mirada le hizo saber su molestía.

Él ya se había dado cuenta, y sabía perfectamente que estar bebiendo le molestaría a su esposa, no planeaba beber mucho, o más bien no debía porque manejaría de regreso a la casa. Por lo que solo acepto un vaso, escudándose de no poder y diciendo que no le apetecía beber.

— Nena, no hagas corajes. Ya le dije a Manuel que no esté bebiendo— dijo Toño, su hermano.

— No estoy molesta— respondió sonriendo.

— Hay hermanita, como si no te conociera— se burló.

Ella simplemente volteo los ojos, para luego reírse con él.

— No te preocupes, yo los llevaré a su casa. No pienso dejar a Manuel llevarte, así solo haya bebido un vaso— la abrazó.

Ella correspondió el abrazo, y le susurro un "gracias" .

Más tarde, se encontraban llegando a la casa. Lucero, subió a su cuarto acompañada de su madre.  Mientras se encontraban recogiendo las cosas en el local, le pidió a su mamá y hermano que se quedarán a dormir en su casa, ya era muy tarde y no quería que su hermano condujera a tan altas horas de la noche. 

Además a su esposo se le había ocurrido hacer una carne asada al día siguiente.

Manuel por su parte, cuando llegaron a la casa, empezó a meter los regalos que le habían dado a su pequeña. Lo hizo con la ayuda de su cuñado, una vez todo dentro, acompaño a Toño a una de las habitaciones de la casa para que pueda descansar. Y se dirigió a otra de las habitaciones donde estaba su suegra para preguntar si necesitaba algo a lo que ella respondió que estaba todo bien, que mejor se vaya a descansar.
Haciendo caso a Dña Lucero  fue a la suya.












Perdonenmeeee la demora, es que se me olvidaba que tenía el fanfic 👁️👄👁️

Comenten si les va gustando la historia.

¿Creen que habrá problemas entre Lucero y Manuel? 

Por Si Acaso VolvierasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora