reacciones

QUINCE HORAS.

Capítulo 1.

El cielo estaba oscuro, y sabía que se estaba muriendo. Solo y asustado, incapaz de ponerse de pie o incluso mover las piernas, se tendió de espaldas en el congelado barro de la tierra de nadie.

Tumbado allí indefenso, con el cuerpo envuelto en la oscuridad, con los ojos mirando al cielo nocturno como si tratara de leer algún presagio de su futuro en las estrellas distantes y frías. Esta noche, el cielo estaba sombrío y amenazante.
—¿Cuánto tiempo ha pasado?— pensó —¿Cuántas horas?— la pregunta vago en su mente sin ninguna respuesta

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La pantalla mostró a un chico de 17 años tirado en la tierra, mirando al cielo nocturno con los ojos distantes.

El chico tenía pelo rubio cortado al estilo militar, su piel clara está manchada de barro y sangre.

Más rápido de lo que pensaban, vieron a su amigo, tirado en el frío suelo de tierra, asustados por las dos preguntas que se hacía. ¿Por qué quería saber cuánto tiempo a pasado? Fue una de las preguntas que tenían al verlo, pero la pregunta más importante era si estaba bien.

Ruby en su preocupación por su amigo miro a Septim que se detuvo para observar las reacciones de ellos. —¿Jaune, está bien?— le pregunto, esperando una respuesta positiva o esperanzadora.

Pero Septim se quedó callado, mirando a la pequeña chica, llenándola de nervios al solo haber silencio como respuesta. —Es mejor que sigas viendo.— Respondió finalmente, solo ignorando parcial mente la pregunta y que ella viera lo que pasaba.

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Al no encontrar respuesta a su pregunta, giró la cabeza para mirar el paisaje a su alrededor esperando por fin ver alguna señal de un rescate, pero no había nada: no había ningún movimiento en la oscuridad, no había motivos para la esperanza. A su alrededor, solo había la tierra desolada de nadie, se quedó quieto y en silencio.

Un paisaje pintado de negro con sombras amenazadoras, sin nada que le ofreciera alguna esperanza, o incluso, no había ninguna señal que le indicara la posición de sus compañeros. Estaba perdido y solo, abandonado en un mundo de oscuridad, sin ninguna perspectiva de ayuda de ayuda o salvación. Por un momento le pareció que bien podría ser el último hombre con vida en la galaxia entera.

Entonces, la idea le dio motivos para asustarse y rápidamente se la quitó de su mente.

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El sombrío blondo se miraba sin esperanza, como un títere sin sus cuerdas.

Su preocupación por jaune no dejaba de aumentar, Ren miraba a su hermano menos de sangre con gran preocupación viendo como se perdía en sus pensamientos y miraba las estrellas.

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—¿Cuánto tiempo ha pasado?— Pensó de nuevo la misma pregunta. —¿Cuántas horas?—

No había sentido nada cuando la bala penetró. No le dolió, solo un entumecimiento extraño y repentino en las piernas mientras se caía al suelo.

En un inicio, no entendió lo que había pasado, no había pensado que le podían haber herido. Hasta que, maldiciéndose por su torpeza, intento levantarse sólo para encontrarse que sus piernas no respondían.

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Herido en el suelo, jaune intento levantarse, sin ningún éxito.