No quería.
Thea.No quería escucharlo. ¿Para qué? Diría un montón de palabras que en mi cabeza serían como algodones.
Porque Lucas tenía ese poder en mí.
Y no podía permitirme ser así de nuevo, bajar del auto y dejarlo así fue lo mejor.
Nosotros éramos un pasado. Ya no había vuelta atrás, y si comenzaba a verlo de esa forma desde esta noche, si comenzaba a imaginarlo como un libro que leí alguna vez con final triste que por más que llore al leer, no podía cambiar el final, ni siquiera si volvíera a leerlo.
Nosotros éramos ese libro, con una historia bonita, con una final que no podía cambiarse, ni aun con mil ideas para hacerlo.
Porque hay finales que solo pueden ser así, no importa si cambias capítulos, si le agregas personajes o soluciones, así debe ser su final.
Si lo analizas, si lo ves con lupa, te darás cuenta que desde un principio estaba destinado a ser solo ese.
—¿Segura que estás bien?— la voz de Fabiana a través del celular me hace volver a nuestra conversación.
—Lo estoy, verlo quizás era algo que necesitaba.
—¿Cómo te sientes ahora?— miró el jardín de mamá, sin saber que responderle.
Porque ni yo sabía cómo decirlo, o pensaba que si no le daba vueltas lo haría pequeño sea lo que fuera.
—No importa, hablemos de otra cosa— cambio el tema— ¿Qué tal el trabajo?
Sé que duda, pero me conoce tanto que sabe que ahora no quiero hablar de eso.
—Asqueroso. Odio trabajar, odio la vida adulta, odio las personas, odio todo.
—Siempre odias todo— suelto una risa.
—Pues ahora odio aún más todo.
—¿Puedes odiar más?
—No tienes una idea, mi odio puede alcanzar niveles infinitos.
Suelto una carcajada, no sé cómo termine de mejor amiga de alguien como Fab, pero si me preguntaran que tanto la quería, diría que sin límites, que no importaba si parecíamos dos polos opuestos en todo, ella y yo hacíamos un equipo, un equipo que aunque por fuera no tuviera sentido, por dentro lo tenía todo.
Hablamos un rato más sobre lo nerviosa que está de llevar a Eric a su casa y luego le hablo que lo bien que es el bar de Hugo, asegura que un día irá a verlo pero que no promete una fecha y nos despedimos cuando en un nada sutil comentario me afirma que está agotada de hablar conmigo.
Cosa que me da risa, su manera de ser es tan suya que dudo que alguien en la tierra pueda parecerle.
Justo cuando el silencio me inunda pienso en Lucas, en los cambios físicos que tiene ahora, en sus ojos, y en esa manera tan natural de hacer que a su alrededor me haga sentir mil cosas en segundos.
Nadie ha logrado hacer eso estos años, y me parece aterrador y fascinante como quizás hay conexiones que no pueden repetirse con otras personas. Como si realmente existiera lo irreemplazable, lo que no puede, por más que experimentes otras cosas, ser igual dos veces.
Y me permito hacer algo que tantas veces me negué, los busco en mi instagram y comienzo a ver cómo ha sido su vida a través de una pantalla.
Dudo mucho que ahí este la verdad. Su verdad, pero me conformo con eso, al menos saber un poco de lo que ha sido su vida estos dos años.
Sonrió al verlo sobre un ring de boxeo, puedo ver las personas detrás y podría jurar que alguien con mucho talento a capturado el momento exacto en el que está celebrando, lo sé porque puedo ver ese brillo en sus ojos.
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Explorando el amor (Libro 2 de EEA)
Novela JuvenilExperimentar el amor puede catalogarse como el inicio de todo, la entrada a ese desconocido y sorprendente mundo, pero lo que realmente deberíamos hacer luego es explorarlo. Descubrir qué hay después de aquella sensación que sólo es el comienzo. The...