Lucas.
Ella.Verla fue ese golpe que quita el aire, verla fue como si me agarrasen el corazón y lo apretaran con fuerza, fue como si me pincharan una y otra vez en el pecho sin piedad.
Y ver que sigue siendo ella, que no importa que tan diferente pueda ser con los años, sigue teniendo eso que la caracteriza, eso que entre tantas personas la sigue haciendo tan auténtica.
Quise correr, quise abrazarla. Quise tocarla.
Quise regresar el puto tiempo y nunca alejarme, quedarme esa mañana en su cama, levantarnos y hablar, decirle la verdad de todo e incluso pedirle ayuda.
Porque ella lo hubiera hecho, ella seguro habría encontrado una mejor opción, ella sin duda alguna lo hubiera hecho mejor que yo y lo habría solucionado. Lo habríamos solucionado.
Y eso me arde por dentro ahora mismo, tenerla tan cerca y no poder acercarme, detallarla con mis ojos y sentir que la adolescente que ame ya ha madurado más.
Cuando di un paso, y ella hizo lo mismo sentí esperanza, y la ilusión que se abrío paso tratando de salir se esfumó en cuanto ella se dio la vuelta y se alejó.
—¿Has visto a Thea?— sé que Lewis lleva un rato hablando de todo lo que me he perdido, pero mi cabeza solo ha estado en la castaña.
—Lucas...— me mira, negando con su cabeza.
Y sé lo que piensa, pero también me da igual.
—¿La has visto?— pregunto esta vez más serio.
Suelta un suspiro y comienza a mirar a su alrededor.
—Mírala— señala a la barra y mis ojos en automático la buscan hasta encontrarla.
La veo girarse lentamente y su cabello castaño que ahora le llega a la cintura se mueve con ella, ese vestido negro manga larga le ajusta cada parte de su cuerpo incluyendo su cintura.
Todo de ella sigue igual, o para mí lo sigue siendo.
Sus facciones siguen siendo bonitas, y todo de ella sigue viéndose inocente con un aire un poco más maduro, lo único que ha cambiado es el largo de su cabello.
—No vayas a ser un idiota— la voz de Hugo me hace girar a verlo.
Muerdo mi labio inferior y él fija sus ojos en Thea.
—No pensaba...
—¿Hablarle?— ríe— ¿Acercarte a ella?— fija sus ojos en los míos.
Cierro los ojos y trago saliva.
—Es imposible tenerla tan cerca y no...
—Hazlo. Sé un hombre, Lucas, y acércate.
—No puedo hacerle eso, sabes que no.
—Han pasado dos años, en algún momento debes hacerlo y dejar de ser un crío. Ya pasamos esa etapa.
—¿Que voy a decirle?— lo miro— ¿Que lo siento? ¿Que soy un idiota? ¿Que si me odia aún?
Coloca su mano en mi hombro.
—Vas a decirle lo que tienes ahí en el pecho, eso vas a decirle.
Hugo no sabía lo que decía, no tenía ni idea de lo mucho que tenía aferrado en el pecho, desde ese día en el que subí a ese avión.
Sacudo mi cabeza y guardo mis manos en mis bolsillos.
Observo hacia la esquina donde se encuentra Thea y tengo la sensación de que va girarse a verme, pero no lo hace.
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Explorando el amor (Libro 2 de EEA)
Fiksi RemajaExperimentar el amor puede catalogarse como el inicio de todo, la entrada a ese desconocido y sorprendente mundo, pero lo que realmente deberíamos hacer luego es explorarlo. Descubrir qué hay después de aquella sensación que sólo es el comienzo. The...