Perdóname

5 1 0
                                    

Cuando Jade llegó Perla ya se encontraba allí, sentada en una mesa y dando pequeños golpecitos a la mesa con la punta de los dedos, un gesto que parecía totalmente inconsciente ya que su expresión era más bien pensativa. 

Jade suspiró, no sabía si realmente quería estar allí, pero tenía el presentimiento de que esto era importante, además de tener curiosidad por lo que podría decirle; así que que negó ligeramente con la cabeza y se dirigió hacia la mesa. 

En cuanto la vio llegar Perla se sobresaltó un poco: había pensado tanto en qué le diría pero ahora que la tenía presente las palabras parecían haber huido de sus labios y sus neuronas parecían haber decidido irse a dormir. Por eso estuvieron unos minutos inmersas en un silencio incómodo hasta que este se rompió gracias a Jade. 

– Hola. 

– Hola. 

– ¿Puedo? – dijo señalando a la silla que quedaba libre en aquel momento. 

– Sí, sí, por supuesto. 

Jade apartó la silla y se sentó, sin decir una palabra más, a la espera de que fuera Perla quién hiciera el esfuerzo por mantener la conversación. 

– Me gusta como vas vestida – era verdad, Jade llevaba: un short de color blanco que quedaba mayormente cubierto por un jersey de color rosa y negro, el cual combinaba a la perfección con los zapatos, de color negro y amarillo, y los calcetines, de color rosa y amarillo; por último, el short combinaba con la camiseta de cuello alto y color blanco que sobresalía por encima del cuello del jersey. También llevaba una bolsa colgando del hombro de color rosa y blanco. 

– Gracias. 

– Si no lo recuerdo mal, es el mismo que llevabas el día en el que nos conocimos, creo que te dije que me gustaba mucho – hizo una pequeña pausa pensando muy bien en que iba a decir –. Para tu información, aún me sigue gustando. 

– ¿Enserio? Ni siquiera había pensado en eso, lo suelo usar bastante seguido, por eso me lo puse – mintió Jade, en verdad se acordaba perfectamente, de hecho esa era una de las razones sobre porqué lo llevaba puesto ahora mismo. Ni siquiera esperaba que Perla dijera eso, pero en cuanto escuchó el cumplido pudo sentir como sus mejillas se tornaban un poco más rojizas; no, esto no podía pasar, se suponía que tenía que estar enfadada con Perla y que no le tenía que importar porque ya la había olvidado. 

– Lo supuse – hizo una débil sonrisa antes de empezar a disculparse, tenía que pensar muy bien su elección de palabras, no quería meter la pata otra vez –. Mira, el otro día en verdad....

– ¿Que quieren para beber? – las interrumpió uno de los camareros. 

– Yo pediré un capuccino. 

– ¿No era que el caramel latte macchiato  de aquí era una de tus bebidas favoritas? 

– Sí... Pero no creo que hoy me merezca uno, además... el capuccino me ayuda a sincerarme mientras que el caramel latte macchiato me ayuda a alegrarme y hoy, aunque estoy alegre de que hayas venido, también estoy arrepentida y avergozada por lo que hice. Por eso no lo pediré – contestó Perla con una sonrisa algo triste.  

– Entiendo – asintió Jade, no parecía que insistir en el tema iba a ayudar así que decidió dejarlo estar –. Yo tomaré una limonada. 

– Perfecto, ¿querrán algo más? – ambas se miraron un segundo, pensando en lo mismo: ¡chocolate!

– Una galleta de chocolate, por favor. 

– Vale, ahora vuelvo. 

En cuanto el camarero se fue volvió otro momento de silencio incómodo, que no tardó en desaparecer. 

– Como iba diciendo, el otro día no actué de la manera correcta – tragó saliva, las disculpas nunca habían sido lo suyo –. Verás, justo había suspendido un examen importante y tenía la cabeza en otro lado, no estaba pensando en mis alrededores ni en como lo que decía o hacía podía afectar a la gente de mi alrededor. Solo pensaba que les era indiferente, no que eras tú. 

– Lo entiendo, pero eso no justifica tus acciones – lo dijo con un semblante serio, aunque por adentro estaba aún intentando procesar la última frase que Perla le había dicho.  

– Sí, lo sé... – se sentía un poco decepcionada, en realidad esperaba otra reacción, pero en el fondo entendía lo que le estaba diciendo. 

– Aún no he oído un lo siento – añadió para quitarle un poco de seriedad al asunto. 

– Tienes razón, lo siento – sonrió ligeramente, sus ánimos comenzaban a subir de nuevo –. ¿Crees que podrás perdonarme? ¿Aceptar mis disculpas y empezar de nuevo? 

– No lo sé..., ¿tú que dices? ¿Debería perdonarte? – ambas se rieron, ya que que era de forma sarcástica – Por supuesto, pero tienes que prometerme que esto no se repetirá otra vez, si estas mal podemos hablarlo. 

– Lo prometo. 

– Bien – hizo una pequeña pausa y añadió en un tono más relajado –. ¿De qué era el examen?

– ¡Oh! Biología: la división celular y los cromosomas.

– Yo no hago nada de eso, pero ya por el nombre suena difícil, como alguien de letras te lo puedo afirmar. De hecho no sé como apruebas eso, a mi parecer cualquiera podría suspenderlo fácilmente, eso te lo puedo confirmar.

Ambas rieron y Perla añadió, ahora mucho más relajada que antes: 

– En verdad es bastante fácil, deja que te lo expliqué, seguro que lo entenderás – dijo mientras les traían las bebidas. 

Y así se pasaron toda la tarde: charlando y conociéndose un poco más. Ahora su amistada estaba empezando a brotar de verdad, ya no eran completas desconocidas. Pero, ¿se puede considerar amistad si lo que siente una de las dos partes es amor?

**********

Hola, ¿qué les ha parecido? ¿Qué opinan de la amistad de Perla y Jade? ¿Y de la disculpa de Perla? ¿Les gusta la forma de vestir de Jade? ¿Creen que Perla pueda sentir algo por Jade?

En fin, eso ya se irá viendo, por ahora espero que les vaya gustando.

Ademas, lo prometido es deuda, así que aquí tienen la playlist: 


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Coffee GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora