Pop

2 1 0
                                    


Jade, como de costumbre, llegó cinco minutos antes con la intención concentrarse, pero las palabras de André aún hacian ruido en su cabeza, ¿de verdad era tan sensible? ¿Pensarían todos igual? ¿Por qué ahora se lo decían? ¿Por qué no le dijeron nada antes?

Estaba tan absorta en sus pensamientos que ni siquiera notó cuando Perla se sentó enfrente de ella. 

– ¿Hola? ¿Estás bien? Te ves algo distraída – dijo Perla sonriente mientras chasqueaba los dedos delante de su cara. 

– ¿Eh? – Jade tardó unos segundos en procesar la situación – No, digo sí, digo no te preocupes, estaba pensando en algo que me ha dicho un amigo, me ha tomado un poco por sorpresa.

– ¿Una confesión de amor quizás? – preguntó de manera pícara.

– No, no exactamente.

– ¡Ay, qué pena! Pensaba que ibamos a poder hacer citas dobles – dice haciendo falsos pucheros. 

– ¿Citas dobles? – pregunta confundida esperando que no sea lo que se imagina que es. 

– Sí, verás...– « no por favor, no lo digas, por favor no lo digas » – ¡Tengo novio!

– ¿Como? – preguntaba cuando por dentro se estaba rompiendo a pedazos, ni mil cristales clavandose en su piel dolerían tanto como esto.

– Sí, es un amigo mío, no pensaba que se sentía así. Me tomó por sorpresa... – Perla seguía hablando, pero Jade, a quién se le estaba formando un nudo en la garganta que trataba inútilmente de contener, ya había dejado de escuchar. Su mente había desconectado, no estaba procesando lo que decía, pero no le importaba. En su interior solo resonaban las palabras: « tenían razón y tu como una idiota te dejaste ilusionar. ¿Por qué? ¿Por qué tenían que tener razón? ¿Por qué te tenías que enamorar? ¿Por qué? » – ¿Aló? Tierra llamando a Jade, ¿estás bien? 

« No, no, no»  –. Sí, perfectamente, es solo que me acabo de acordar de que le prometí a una amiga que la llamaría para ayudarla con un examen... – hizo una pequeña pausa, siempre había sido buena para esconder sus ganas de llorar, era como un don que tenía; pero aún así sabía que su voz estaba apunto de romperse –. Lo siento mucho, pero me tengo que ir. Igual nos veremos la semana que viene, ¿vale? Te lo prometo. 

– Estoy un poco triste, pero si es urgente vete – mientras Jade ya recogía sus cosas y se dirigía hacia la puerta – ¡Hasta la próxima! – Jade la saludó con la mano.

Caminó a paso rápido, hasta que se encontró medianamente alejada de la cafeteria y ahí, en ese instante, rompió en llanto. 


Coffee GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora