Parte 5

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Por la tarde fuimos a hablar con Rodrigo. Él aceptó encantado. Dijo que sería divertido, pero creo que no lo reflexionó mucho. Quiero decir, le hacemos sufrir aunque no lo reconozca. Y allí no hay supervisión... No quiero decir que vaya a pasar nada (al menos no es mi intención) pero eso no quita la probabilidad. Conozco a Al. Pero dejando esto de lado, sólo quedaba mi permiso de Dumbledore. Mi tutor legal, por si no recuerdan.

-Espera aquí -le dije a Álvaro.

Caminé por el pasillo que llevaba a su despacho. Me crucé a McGonagall por el camino.

-Señorita White, ¿A donde va?
-Debo de hablar con Dumbledore, profesora.
-Bien, ¿Sabe la nueva contraseña?
-Sí, profesora.

Me giré hacia la puerta y dije la contraseña (envoltorio verde). Entré a la sala.

-Hola, Lily
-Hola, Albus
-¿Qué te trae por aquí? -sé inclinó hacia mí. - Tan lejos del señorito Santamera. -Dijo sonriendo. Me sonrojé.
-Venía a hacerte una petición.
-Adelante, te escucho.
-Me gustaría irme en las vacaciones de Navidad.
-¿Y a donde, si puede saberse?¿Irás sola?
-No, iré con Rodrigo y con Álvaro. Habíamos pensado ir a un albergue a pasar las vacaciones.
-¿Con el señorito Santamera? ¿En la misma habitación?¿Sin supervisión? Me temo que no.
-Albus, te juro que no haré nada. Ya son demasiados años aquí, me gustaría cambiar un poco de aires.

Me examinó por un buen rato, intentando averiguar mis pensamientos, y si mis promesas eran sinceras o no.

-Sabes que el embarazo supone no poder seguir estudiando en la escuela, ¿verdad?
-Sí, lo sé.
-Sí te quedaras embarazada, te tendrías que ir del colegio, te quedarías en la calle y allí no te puedo asegurar donde irás a parar. A parte de que probablemente el señorito Santamera no se haga cargo y no abandone sus estudios.
-De verdad que no haré nada.
-No me importa si lo haces, pero quiero que seas consciente de esto.
-Lo soy.
-Bien, pues, dicho esto, no veo motivos para no dejarte ir.
-¡Muchísimas gracias Albus! -le abracé y el me abrazó a mí.

Salí de la sala con una sonrisa. Afuera Álvaro me estaba esperando, nervioso, junto a Rodrigo, también nervioso pero no tanto.
-¿Y...? -dijo Al.
-Me dejan ir.
-¡Sii! -los dos me abrazaron. Noté una ligera mirada de mi novio hacia su amigo advirtiendo que se cortara un poco con el abrazo y que se separara antes que él. Este detalle se me hizo raro, pero no le di importancia.

Una Hufflepuff y un Slytherin (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora