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El día del cumpleaños del príncipe no fue festejado, Asmyl no visito a su sobrino, y con las intenciones de guardar luto simplemente se evitó mencionar esa fecha.
Hazel igual que todos los demás no celebró nada, había ya planeado pasar ese día seis de Febrero con su amiga Nuit y otras jóvenes con las que tenía una buena relación, fue tranquilo y era lo que necesitaba, comió su comida favorita igual que todos los años, bailo un poco, y recibió algunos regalos, eran más que nada de personas que vivían lejos, y los regalos de siempre, bastantes joyas, su amigo Ospier también mando un regalo y ese fue el que más le dió importancia al tratarse de su mejor amigo.
La condesa Selene también le dió un regalo ella personalmente se lo entrego.
Los demás no le llamaban la atención, y abrió muy pocos, pasó toda la tarde hablando con sus amigas en un ambiente muy ligero y cómodo. Aunque estaba acostumbrado a las fiestas grandes esto le era suficiente, en poco tiempo tendría su coronación así que no se quejaría.
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Ese invierno había sido muy frío, pero comenzó la primavera algo antes, para principios de Marzo ya había flores y un excelente clima.
En Febrero se había anunciado la coronación de su alteza, las invitaciones habían sido enviadas, para el siete de Marzo se había organizado todo el evento.
Hazel invitó un exceso de personas, de todos los lugares, incluso se encargo de que todas las señoritas jóvenes de las que le había hablado Ospier asistan, se festejaría como se debe, quería acabar con esa melancolía que había, no le importaría derrochar dinero esta vez, necesitaba hacer sonar su nombre y esa era una buena forma, por fin podía organizar algo así con total libertad. Todos ya le obedecían en algunos días le llamarían Rey.
Preparar algo así ocupo mucho de su tiempo, no pudo hacer nada más que cumplir sus obligaciones, apenas había dormido, pero estaba emocionado, tenía diecisiete años y ya tendría el control de demasiadas cosas, cambiaría todo lo que no le gustaba, incluso tenía planeado cambiar el trato que tenía la religión, y quitar muchas de las leyes que había establecido su padre. Quería hacer las cosas bien, ser correcto, no trataría a nadie mal y no seguiría los mismos pasos que Laurid.
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Soleil no veía al príncipe desde ya un largo tiempo, tampoco visitaba el palacio, solo mantenía la comunicación con Asmyl y recibía sus órdenes, tuvo una discusión absurda con Laisif así que el conde Bhair fue la única persona a la que recurría cuando necesitaba algún dinero o algún permiso, no había necesidad de molestar a su majestad.
Durante ese tiempo intento sentirse mejor, cuando podía acordaba verse con alguno de sus hermanos, pero ellos dejaron de ayudar, el que siempre estaba interesado en él era Damien, pero estaba muy ocupado, se pudieron ver solo dos veces en cuatro meses, era cuando se sentía bien, podía reír un poco y distraerse, pero eso duraba poco y volvía a sentirse solo.
Se ocupaba en su trabajo para evitar sentirse tan mal, quiso volver a pasar algo de tiempo con soldados, pero no era posible, no había confianza, había un coronel que de vez en cuando le hablaba preguntado como estaba, no parecía que lo hacía para quedar bien, lo consideraba agradable solo eso, pero en el momento en que estaba tener una conversación larga le era difícil.
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Recordó el cumpleaños de Hazel, originalmente busco un regalo, durante dos días se ocupó de eso, encontró algo lo suficiente decente como para ser recibido en el palacio, lo quería entregar el mismo día del cumpleaños, pero no lo hizo, se había entretenido buscándolo, pero se arrepintió a última hora al no tener la autoestima para considerarlo bueno.
Lo guardo en su residencia.
