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Soleil se sentía mal, y bastante perdido, tenía aún trabajo que hacer pero no ánimos de salir, por primera vez en mucho tiempo se quedó en su residencia por cuanta suyo, no tenía con quién hablar y ciertamente no había nada que le interesara... No le llamaba la atención ni cabalgar solo en ese momento, deseaba que Laurid vuelva para tener un amigo otra vez.

Estando solo no encontraría nada interesante, era desagradable por que al probar la comida no era lo mismo, tenía hermanos, estaba acostumbrado al ruido y a la gente aunque no le gustará siempre extrañaba cuando estaba en casa de sus padres y ahí estaban todos sus hermanos, eso era lindo y algo que como Laurid le hacía sentirse feliz, pero lamentablemente ya no existía...

Intento recordar cosas buenas para no caer de nuevo en esa tristeza que siempre terminaba encontrando, pensar en su infancia no servía, en Damien tampoco, Laurid menos, haber logrado ser general... Solo lo consiguió gracias a Reraldize. Nada había de bueno. No tenía amigos, lo odiaban muchos y su respiración era simplemente mala.

Ahora, ¿Qué tenía bueno?, ¿Qué había que le gustará?... Disfrutaba de estar con sus soldados, pero ya se había hartado de hacer lo mismo siempre, le gustaba ir a visitar a Reraldize, pero era complicado y la última vez no quedó en buenos términos con el. Tardo unos minutos en recordar que también era agradable su majestad Hazel, el nunca lo había tratado mal, eso era raro para él, pero odiaba ir al palacio...

No quería hacer nada y tampoco seguir en el mismo lugar.

Solo siguió torturandose con pensamientos que lo llevaban de nuevo a sentirse mal.

Al pasar así un par de horas un sirvienta entro a la sala, aún estando cerca de la puerta le habla;
-" Mi señor, tiene una carta de su majestad y del señor Damien."
Dijo la señora mientras un joven pasaba con ambas cartas.

Soleil no reconocía a sus sirvientes por que nunca pasaba demasiado tiempo ahí, tomo las cartas y les dijo que se vayan, estando ya solo abrió la carta que le escribió su hermano rompiendo el sobre, no era normal que Damien se tomará la molestía de hacer eso. Saco las dos hojas y comenzó a leer había algo escrito por el pero la mayoría parecía que había sido escrito por su esposa, distinguió la letra de Selene por que había visto antes su firma.. decía cosas lindas, parecía que se preocupaban por él aunque eso no le agradaba, de verdad le hubiera gustado que su hermano lo visite, pero no era así... Entendía que no tuviera tanto tiempo como antes pero no podía evitar extrañar los momentos donde Damien le demostraba el cariño que tenía por él con acciones..

Suspiró e intento dejar de pensar en eso. Tomo la carta de su majestad con algo más de cuidado abrió el sobre, de inmediato distinguió la caligrafía de Hazel, tenía escritas varias líneas de pura cordialidad, le preguntaba como estaba... Probablemente era solo por educación pero por alguna razón sintió que fuera especial, el rey se estaba interesado en él, continúo leyendo el tema principal era saber si había acabado con el trabajo de antes.

Pidió pluma y papel para responder, no había retomado su trabajo, solo dejo a un par de hombres a cargo, él no hizo nada más personalmente, al comienzo fue por que simplemente le dió pereza pero ahora no tenía ganas de hacer algo que implicará tarea física. Realizó su carta y le pidió a sus sirvientes que la enviaran.

Ya había acabado la tarde, paso todo el día en casa y no hizo casi nada, con pesar subió las escaleras hasta llegar a su habitación... Apesar de que era su casa y que él había elegido la decoración no le terminaba de convencer y su recámara le parecía algo desagradable, olvidó eso para poder dormir...

𝐻𝑖𝑠𝑡𝑜𝑟𝑖𝑎 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝐺𝑒𝑔𝑒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora